Daniel y las décimas perdidas

Pues sí, hay más gente que considera (como nosotros) que Red Bull está pagando caro haber dejado escapar a Daniel Ricciardo y que la austriaca haría mal desaprovechando que Nico Hulkenberg anda ahora mismo sin asiento.

Al parecer, la noticia de que el alemán sería un firme candidato a cubrir el hueco de segundo piloto en Milton Keynes para 2020 ha surgido de las entrañas de los Países Bajos y podría haberse titulado «Max necesita ayuda» ya que «Falta desarrollo detrás» ya estaba pillado [Falta desarrollo detrás]. Sí, sí, ya sé que herr doktor Marko afirmó en su día que Hulk no entraba en los planes de la la escudería más energética de la parrilla, pero cosas más raras se han visto en la Fórmula 1 y no resulta desdeñable tomar en consideración que si el río suena tal vez sea porque lleva agua.

El RB15 parece el Guadiana y Max está cada día más nervioso. El zagal de Jos tiene prisa por aclarar su futuro y no parece conformarse con un papel de telonero. Red Bull necesita una experiencia que ahora mismo no puede aportar ninguno de los hombres de esa cosa rara que forman ella y su hijastra Toro Rosso. Honda evoluciona satisfactoriamente pero sigue faltando desarrollo firme en chasis y aerodinámica.

Daniil Kvyat encajaría en el papel —por cierto, también aparece un tipo que se apellida así y al que apodan Torpeda en Job 41.1, No camines en la oscuridad [Job 41.1]—, pero es indiscutible que la de Faenza se quedaría muy coja si el de Ufá es ascendido. Nico se antoja la solución más inmediata al problema que tienen ante sí Marko, Horner y el papá de Verstappen, Newey mediante, of course! El RB16 de 2020 precisa de más mimo que el dispensado al RB15 por la austriaca, y por la parte que me toca, me parecería de cine que Nico dispusiera por fin una herramienta a la altura de su calidad.

Si se atreven en Red Bull y Max acepta la apuesta, que ésa es otra, el futuro de Milton Keynes pasa por fortalecer la retaguardia, lo que me lleva a recordar el poco crédito que dan algunos gurúes a la figura del conductor que sabe para qué sirven los botones del volante, el que hace silenciosa labor de hormiguita para que saque pecho la estrella del equipo, y cómo se descojonaban algunos con las 6 décimas que cierto piloto español afirmaba haber llevado a McLaren bajo el brazo junto a sus dos títulos mundiales, en un lejano 2007 del que sólo se acuerda Lewis Hamilton.

No sé cuántas décimas aportaba aussie junior, pero alguna debía ser para que el entorno de Max esté buscando un tipo sólido que ayude a los ingenieros a encontrar la buena dirección.

Os leo.