Por aclamación popular me toca hoy meterme en un jardín del que no sé como saldré, ya que como hago siempre que abordo estos temas, acabo llamando machista al personal y entiendo perfectamente que haya gente a la que no le siente muy bien, fundamentalmente porque existe en nuestra sociedad un machismo tan arraigado, tan arraigado, que ve normales cosas que a lo peor no lo son.
Salvando las distancias —aunque no lo creáis, gano mucho vestido con falda de vuelo y zapatos de tacón—, he sufrido en propias carnes esto de hacer de florero porque lo normal era que un ilustrador mantuviera la boca cerrada mientras el que hablaba, porque podía hacerlo, era el escritor...