Me pone bastante, para qué vamos a ocultarlo, comprobar una vez más cómo un piloto Ferrari es capaz de concitar a su alrededor el cariño y fervor de la mayoría del público. Ocurre muy de tanto en tanto, y si seguramente no lo recordamos es porque el último poeta en Maranello pasó por aquí más con pena que gloria, debido a que la prensa especialista británica y sus franquicias catalana y española prefirieron mirar para otro lado.
Ickx, Lauda, el «gaucho» Reutemann, Ragazzoni, Villeneuve, Pironi, Arnoux más que Tambay, Alboreto, Alesi, Schumacher... Raikkonen, Alonso, si me permitís nombrarlo.