El día que deje de sorprenderme seguramente seré polvo esparcido
sobre el agua de la bahía de Gorliz (me gusta este sitio, ¡qué carajo!),
de momento sigo vivo y no dejo de sonreír cuando descubro que en un
mundo del que se dice que es bastante inhumano, el hombre sigue ocupando
un lugar importante.
Le ha tocado esta vez a Hülkenberg rellenar los huecos que deja tanta magia técnica. Nico es el enésimo alemán que pulula por el paddock,
un chaval (25 añitos tiene la fiera) que ya demostró hace dos sesiones
en Williams, que disfrutaba de buenos mimbres en sus hechuras, y que
durante esta temporada ha vuelto a ratificar su buena forma e
inteligencia al volante en un equipo, Sahara Force India, que aunque
forme parte de la medianía indispensable de todo esto, suple con
garantías el hueco que dejaron en nuestro corazoncito de aficionados
canosos Giancarlo Minardi y sus ideas, al fondo de la parrilla, según se
mira, a la izquierda.