En la producción Patrick Dempsey (Grey's Anatomy, Transformers: Dark of the Moon, Bridget Jones's Baby, etcétera), archifamoso en nuestro mundillo por su relación con automovilismo como coleccionista y piloto, y por tener equipo propio, Dempsey Racing; amplio despliegue de medios y colaboración de los equipos IMSA en el rodaje; un trailer donde salen más coches que escenas amables, en el que incluso hay una referencia al Gran Premio de Mónaco 1984; un precioso Testarossa del 57 en las imágenes promocionales; la promesa de la 20th Century Fox de que la cinta era una aproximación radicalmente distinta al fenómeno de
las carreras y un título que quitaba el hipo: The Art of Racing in the Rain [El arte de competir en la lluvia]...
Y bueno, el producto final había tomado pie en la vertiente más almibarada del libro original The Art of Racing in the Rain de Garth Stein, y se ha convertido a la postre en una comedia dramática (sic) enfocada a hacernos llorar, una típica película veraniega para disfrutar en familia, cuyo protagonista es Enzo, un golden retriever que, empapado por los sueños e ilusiones de su amo por convertirse en piloto de Fórmula 1, lee la vida y todo lo que sucede a su alrededor en clave racing driver —de qué me sonará esto—, y nos la narra con la voz de Kevin Costner en el original y de Ramón Langa en la versión doblada.