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miércoles, 23 de noviembre de 2016

Los autómatas


Las promesas de avance tecnológico suelen surtir una fuerte excitación en determinados individuos, similar a la que sufría Woody Allen en Sleeper, cuando fingiendo ser un robot-mayordomo neutro y profesional, alcanzaba un no se sabe qué que iba in crescendo cada vez que sostenía entre sus manos la bola del placer (Orb)... hasta que prácticamente no había manera de quitársela, como le sucedía a Gollum con el Anillo Único.

Creo que he escrito sobre la RoboRace en un par de ocasiones y la única ventaja que sigo viendo en términos de competición a que una inteligencia artificial sea capaz de conducir un coche de carreras, consiste en que Kimi podría echarse una siestecita dentro del habitáculo mientras el piloto automático hace lo posible por llegar a la meta.

viernes, 9 de septiembre de 2016

¿Hay alguien ahí?


Entre mis pecios más queridos se encuentra el Macintosh Classic II en el que se escribió primero y maquetaron después, nada menos que los primeros libros de Ludotecnia desde finales de 1990 a 1995. Desde el otoño de 1992, aquel pequeño Hércules diminuto con pantalla de 9 pulgadas compartió escenario editorial con el más veloz LC que le había comprado de segunda mano a Pepelu, con la intención de aliviar el trabajo de mis compañeros de fatigas.

Me desprendí posteriormente del LC pero jamás me he separado del Clasic II: en él me enseñó J&F a desenvolverme en los procelosos mares de la informática elaborada, ya que mi única experiencia en este campo databa de cuando los Spectrum eran tendencia...