Cuando estoy alicaído y coincido con Hilly Preston, ambos paseamos juntos con nuestras respectivas manos a la espalda.
Están los tiempos difíciles —le digo—, y él asiente con la cabeza. Cómo le explicas a alguien cuyo máximo temor consiste en que su móvil se quede sin pila —continúo—, que no hay nada más hermoso en la vida que tomar riesgos y salir ileso. Eso ya lo decía Fangio —vuelve su cara hacia mí mientras suaviza y estira la ge italiana del apellido del Chueco, convirtiéndola en pura poesía—. Sí, lo sé, por eso lo mencionaba —matizo—. Uno de los más grandes pilotos de todos los tiempos se contentaba con seguir vivo, y eso que las tuvo duras...