Antes de la cita que cierra el Supercampeonato WEC 2018/19, las 24 Horas de Le Mans 2019, queda otra no menos importante que se celebra este mismo fin de semana: las 6 Horas de Spa-Francorchamps. Y bueno, vamos a ella con la directa puesta, aunque con ganas cantar algunas verdades del barquero antes, sobre todo a los numerosos imbéciles que arropados por la bandera del apasionamiento por el motorsport han ninguneado hasta el hartazgo una modalidad que no merece tanta mierda como se le ha echado encima.
No estamos en un territorio similar al de la Fórmula 1 por mucho que insistamos en retorcer la realidad. La Resistencia es terreno de paso para los grandes equipos. Van y vienen y esto es algo que ha sucedido desde los inicios de la actividad. Se plantea un objetivo, se lucha por conseguirlo y una vez logrado, lo normal es que se desaparezca del mapa. En este sentido, deberíamos arrodillarnos ante Toyota por continuar, ya que su presencia ha asegurado la relevancia de un Mundial que ha pretendido mantener su estatus incluso atravesando unas supuestas horas bajas que tienen su origen en el feo asunto del dieselgate.