Tras la desaparición a finales de 1992 del Grupo C de Resistencia, los prototipos se reformularon en la denominada Clase GT, que fue plenamente operativa a partir de 1994, ya que, en el 93, algunas pruebas como Le Mans todavía permitían la presencia de unidades del grupo sustituido.
Toyota venía participando desde 1985 en las 24 Horas con el aliciente de convertirse en la primera marca japonesa en ganar la prueba francesa, hito que conseguiría finalmente Mazda en 1991 [Único en su especie #25TLM23 (08)]. Habiendo encajado deportivamente la derrota y mientras competía regularmente en otros formatos, la nueva normativa Clase GT, que exigía mínimos muy mínimos para la homologación, brindó a la del sol naciente la oportunidad de replantear su viejo anhelo a partir de 1998, un año antes de anunciar oficialmente su desembarco en el Mundial de Fórmula 1 de 2002.