Han comenzado las pruebas de pretemporada en Jerez de la Frontera y se me ha ido la pinza durmiendo, de manera que mientras la parrilla se pone las pilas y las diferentes escuderías ajustan las unidades de potencia a los respectivos chasis, ponen estos en orden de revista, ven que cada tornillo y cada borne esté en su sitio y se comprueba con pulcritud y delicadeza que cada componente haga lo que tiene previsto hacer, voy a continuar con la revisión de los coches que ya se han presentado, mientras me repongo del susto de ver cómo Brackley ha prestado un W05 a Milton Keynes para estos primeros kilómetros y que esta, muy cuca ella, le ha puesto la decoración más piscodélica que tenía a mano para evitar que hiciésemos comparaciones y nos diéramos cuenta.
Fuera de bromas, los primeros días de test son bastante tediosos y conviene tomárselos tal cual vienen. El 90% de lo realmente importante sucede dentro de los garajes y alejado de la vista de los aficionados y la FIA practicamente no interviene, lo que supone que cada equipo puede hacer de su capa un sayo incluso utilizando elementos y soluciones que serían ilegales durante el campeonato. La cosa va de hacer que todo funcione, no de empezar a batir récords aunque con total seguridad, el próximo miércoles, última jornada de trabajo en el circuito gaditano, ya dispondremos de un escenario más diáfano que nos permitirá comenzar a sacar conclusiones.