El asfalto de nuestro deporte drena bastante bien. Es de locos o lo parece, pero hace un puñado de días que cayó sobre Bélgica lo que no está escrito y aquí estamos, enfocando Italia con los deberes hechos. De lo de Bottas y sus ruedas bicolores no se acuerda nadie, lo de Vettel y el pesaje obligatorio quedó en que el chiquillo cumplió lo establecido aunque a destiempo, sin que sepamos todavía si se comió un plato de alubias y se metió entre pecho y espalda dos litronas antes de pasar por la báscula...
Os lo tengo dicho, esto es una guerra de religión. Calvinistas a un lado y católicos de toda la vida al otro. Tipos que tienen lo que merecen, y tipos que merecen que se les mire de reojo porque Charlie es británico, y ya sabemos cómo nos contaba la Monty Python el asunto de las diferencias entre unos y otros en El sentido de la vida.