Por defecto, todos los cuentos comienzan con ese frío helador que supone desconocer qué había antes del «Érase que se era», «Érase una vez» o «Hace mucho, mucho tiempo...», que ejerce de frontera de hielos perpetuos quién sabe si para dar validez a las teorías de los terraplanistas.
El tema que da título a esta entrada formaba parte de la grabación original del mítico Blue Train de John Coltrane y, quizás por ello, todas las narraciones que contamos a los niños y niñas para que concilien el sueño deberían aludirlo: «Coltrane acababa de componer Locomotion —un ejemplo— cuando un Rey de un país lejano pensó qué futuro dar a su primogénita. Príncipes los justos. No la pretendía ni sumisa ni mandona como su madre u otras mujeres del reino. La quería fuerte e independiente aunque le costara a él un disgusto...» Bueno, ya sabéis cómo siguen estas historias, todas iguales y a la vez tan distintas.