Acaban de llamarme idealista por teléfono y estoy feliz como unas pascuas, porque hoy, precisamente, me apetecía hacer borrón y cuenta nueva sobre lo que ha sucedido esta temporada, entonando una glosa al respecto de lo mucho que nos une como aficionados y lo poco que nos diferencia en el fondo.
Llevaba días buscándola aunque no daba con ella, pero por fin la he encontrado. La imagen que abre esta entrada retrata a Jim Clark sobre un tractor de juguete, siendo empujado por Graham y Damon Hill, bajo la mirada atenta de un auditorio que brinda y jalea la infantil y arriesgada hazaña, sin saber que están asistiendo a un trozo de historia que abraza en aquel entonces, en la brevedad de un instante, varias décadas de deporte del bueno...