No teníamos suficiente con que David Coulthard, Martin Brundle o Jenson Button, nos recuerden que nuestro bello deporte es inglés en cuanto tienen un micrófono en la mano, que ahora nos sale Lawrence Stroll poniendo una Union Jack gigante sobre el Aston Martin en su presentación, así, en plan exaltación patriótica, pues las consecuencias del Brexit van lentas y hay que mantener calentito y entretenido al personal, imagino.
Bien es verdad que donde se ha rizado el rizo ha sido en Haas, que ha firmado un ¡No me jodas! de libro cascándose una decoración con bandera rusa incorporada. Pero disculpadme que hoy no me refiera a ello porque, en realidad, me apetece echar el ratito matinal hablando del interés que muestra el dinero en buscarse disfraces y cómo la bendita prensa británica suele apoyar este esfuerzo, siempre que convenga, claro.