domingo, 29 de noviembre de 2020

Ni tan mal

Con el brutal accidente de Grosjean como telón de fondo, poco se puede decir de un Gran Premio que ha ganado cómodamente Lewis Hamilton y ha consagrado a Red Bull como aspirante en 2021, toda vez que Ferrari ha vuelto a desaparecer sin haber entrado en combate y no sé yo si el año que viene será capaz de enjugar tanta laguna. Sinceramente, esperaba más de la italiana en Sakhir... en fin.

Pero a lo que vamos, la de Bahrein ha sido una carrera con cierto sabor agridulce. Romain se encuentra bien y Ricciardo ha puesto los puntos sobre las íes al respecto de la sobreactuación de FOM con las imágenes de la situación de emergencia vivida por el piloto francés mientras escapaba del fuego. A Daniel le doy la razón aunque no la tenga, pero en este caso la tiene —mucho hablamos del carroñismo periodístico con este tipo de situaciones y va y peca de lo mismo Liberty, quizás porque la prueba ya rozaba mínimos de credibilidad y espectáculo con Lewis saliendo desde la pole.

El juguete

Somos un país maravilloso que continúa manteniendo viva una hipotética deuda que no ha reclamado nadie porque no existe, y, a la menor oportunidad, convertimos nuestro ombligo (nuestras carencias) en el centro del universo.

Sucedió en 2012. El debate sobre las banderas amarillas en Interlagos surgió de Italia, fueron los tifosi y la prensa transalpina quienes exigieron a Luca Cordero di Montezemolo que plantara cara a la FIA. Fernando Alonso aceptó el resultado, el Presidente de Ferrari también, por ello sólo planteó una solicitud de aclaración a la Federación, pero entre la chavalería española hace años que anida la idea de que fueron el alonsismo y Lobato quienes originaron todo, representantes de esa España negra inventada, carente de cultura en el motorsport y mala perdedora desde que Moisés alzó su cayado y dividió en dos las aguas del Mar Rojo...

sábado, 28 de noviembre de 2020

Y otra...

Hay quien dice que puedo ser cabrón al teclado veinticuatro horas por jornada los siete días de la semana, pero es obvio que no entiende lo que supone hacer humor cuando, a veces, no hay ni ganas. Pero, alguien tiene que hacer este trabajo.

En fin, festejamos que un tipo hace una nueva pole o rompe un récord cuando tiene a toda la parrilla maniatada, y aquí cabe poco que decir sobre nosotros, principalmente. Hamilton las pasó putas en 2016 y, qué queréis que os diga, lo prefiero mil veces al figurín que han creado Liberty y el apparatchik con tal de zanjar el asunto de que la Fórmula 1 es full british. Me gustan los tipos densos y correosos, los peleones, los artistas al volante, y considerando que Lewis podría ser uno de ellos, acepto de mala gana que nuestro deporte haya preferido desperdiciar sus dotes antes que exponerlo a los rigores de la competición. Que me den un James Hunt con sus pecados y excesos. Si la esencia de Gran Bretaña ha corrido alguna vez por alguna vena, me quedo antes con James Bond que con el héroe prefabricado que nos sirve la Disney formulística cada fin de semana de carreras. Lo tiene todo hecho, lo suyo sólo es suestión de sumar una más, y otra, y otra...

Os leo.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Bottas a verlas venir

Antes era mucho más de que me preguntaran, ahora soy más de charlar por teléfono con los amigos que me quedan —el whatsapp se me atraganta cosa mala—, pero incluso hoy, siempre hay quien quiere saber por qué me muestro tan reacio a aceptar que la Fórmula 1 sea una cuestión de equipo, que no lo es ni aunque pintemos de rosa el bendito concepto.

Basta echar la vista atrás y bucear un poco en la hemeroteca para comprobar que Ferrari, en 2013, en vez de actuar como un equipo prefirió dejar que mi Felipe condujese para sí mismo, o que en 2014, Red Bull consideró que no merecía la pena llevar a Daniel Ricciardo al subcampeonato, consintiendo en que sus dos pilotos lucharan en igualdad de condiciones durante el final de la campaña (sic), lo que, a la postre, supuso la pérdida de un montón de puntos porque Vettel se comportó bastante ramploncito y muy poco generoso con su compañero australiano, sea dicho de paso. 

jueves, 26 de noviembre de 2020

Halitosis

Confieso que no me atrae nada esto de vivir en un sinvivir por lo que suceda con la tercera plaza del Mundial de Constructores, es más, salvando las distancias, todo esto me recuerda los versos de Santa Teresa de Jesús «Vivo sin vivir en mí, / y tan alta vida espero, / que muero porque no muero...», que al final igual es lo que pasa: estamos tan hasta las avellanitas de que 2020 no eche el telón definitivamente, que la prolongación de la agonía nos ha hecho perder el juicio.

Podíamos encontrar solaz regodeándonos en la circunstancia de que Red Bull va a quedar a tomar por el saco de Mercedes AMG, de nuevo, en una competencia que lleva buscando la igualdad y el espectáculo desde que Brian nació en Judea. Entiendo que esta actitud resultaría desconsiderada y desapasionada con nuestro deporte, pero Brackley dobla la puntuación obtenida por Milton Keynes, la segunda clasificada, y esto es un hecho contrastado, y asumiendo lo complicado que les resulta a nuestra prensa, los gurús y sus zagales, analizar la realidad y poner los puntos sobre las íes, asumo que por hablar de algo, porque de algo hay que hablar, nos animen a sentir orgasmos ante lo que puede suceder con la tercera posición del Mundial de Marcas por aquello del wooow! y el ¡hosti, tú!

El aliento de nuestra disciplina huele raro... Os leo.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Querer al diablo

Ha muerto Diego Armando y la memoria se me va, supongo que sin querer, a aquella tarde del 24 de septiembre de 1983 en que Andoni Goikoetexea propinaba un hachazo descomunal al héroe azulgrana de las filigranas, la velocidad en el campo y los goles. Aquello supuso un delito de lesa humanidad para la prensa de entonces, ajena a la afición del austral a las drogas y al insano sacudir a sus parejas.

Malo, bueno de película, Dieguito gozaba aquellos días de ese halo de santidad que se arroga a los sobrehumanos, sean negros, morenos o blancos. Goiko se extralimitó. A todas luces lo hizo. El Athletic perdió en el Nou Camp por 4 a 0 y, el de Lanús, aunque herido, salió reforzado del lance porque el tipo de gente al que pertenece se hace fuerte donde otros se ahogan.

martes, 24 de noviembre de 2020

Buenas noticias

Lo comenté cuando comenzamos a percibir que Lewis trataba de cambiar la historia para adaptarla a su gusto: suponía una gran noticia que el por entonces tetracampeón tratase de borrar huellas y reconfigurar su pasado. 

Aquel repinte le salió como tiro por culata. A los vecinos de Stevenage les sentó como una patada en salva sea la parte que tildara su población de suburbio, y, lo cierto es que de éstas va a comerse unas cuantas por mucho que él sueñe lo contrario y la prensa británica, su gran protectora y aliada, le haya tomado el relevo con la brocha gorda en la mano. 

lunes, 23 de noviembre de 2020

Charles calentado en la banda

No sé vosotros, pero yo tengo unas ganas tremendas de que acabe 2020 y la pelota pase a Aston Martin y allí asistamos a un duelo en las alturas entre Lance Stroll y Sebastian Vettel que traslade las quejitas flanderianas sobre la scuderia a territorio británico...

Podéis respirar. Sí, albergo muchas esperanzas de que 2021 sea como nos lo han contado y en la de Silverstone la peña siga mostrando una saludable adoración por Stroll, sin que la sombra de su nuevo compañero la menoscabe o empañe, ni mucho menos, nos impida a todos disfrutar apasionadamente de una buena relación entre pilotos en la que no ponga puntos ni comas el equipo. Por eso y también porque el vettelismo no va a encontrar allí enemigos naturales, o eso dicen, a cuyas espaldas cargar las responsabilidades personales de su héroe. Quiero verlo, sí, quiero verlo; y si me gusta, juro por mis zapatitos de Primera Comunión que lo compro.

1913, en Guadarrama

Como mencionaba el otro día [Los hijos de Lobato], tenemos historia automovilística para parar un carro y, también, un gigantesco complejo de inferioridad que nos ha llevado a rechazar lo que en otros sitios han dado como bueno sin tantos miramientos, o sin ninguno. Luego están los críos de la nueva oleada y los gurús que son más papistas que el papa y, en definitiva, aquí somos los primeros a la hora de echarnos tierra encima, eso sí, muy escrupulosamente.

Todos los orígenes de las competiciones en las que intervienen máquinas suelen ser difusos, vaya por delante. En lo nuestro, los coches, datan de comienzos del siglo XX los primeros estándares que establecían qué era un Grand Prix y qué no, cuando en 1904 la AIACR (Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus, más tarde FIA) asienta pautas de homologación internacional para este tipo de carreras —huelga decir que si hacía falta homologar era porque ya existían diferentes tipos de competiciones en toda Europa y se hacía preciso establecer un poco de orden.

viernes, 20 de noviembre de 2020

McLaren Tooned 50

Mi viejo Akula HD está mostrando síntomas de que necesita jubilarse —es un IMac comprado en 2008 y lo cierto es que le he sacado astillas, pero está muy viejuno, para qué enredarnos. 

El caso es que antes de que los dos nos demos un último susto inesperado, a ratos organizo el material de los discos duros externos porque con esto de coronavirus calculo que no estaré para fiestas económicas hasta comienzos de la primavera próxima, obviamente, si el deceso sucede antes prefiero que sólo me afecte al bolsillo, aunque ruego a Dios para que ambos aguantemos hasta marzo en perfecto orden de revista.

jueves, 19 de noviembre de 2020

The eye of the beholder

Antes de que nos engulla el Gran Premio de Bahrein me apetece echar el ratito hablando sobre ese hombre al que se sigue viendo poco en las retransmisiones y que, en justa correspondencia, levanta a su paso numerosas interrogantes por su extraño salto a Ferrari, donde sustituirá a Sebastian Vettel a partir de 2021.

La verdad es que hemos avanzado mucho con respecto a 2019, cuando daba la sensación de que la FOM esquivaba al madrileño, pero así y todo parece poco interés el que muestra la realización al respecto de un individuo que suele proporcionar toneladas de espectáculo en pista los domingos, incluso cuando acaba tempranamente contra las protecciones de la salida del pit lane

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Los hijos de Lobato

Iba a titular esta entrada «Darle a Lobato puntúa», pero, aunque sea exactamente lo que sucede, he rechazado la idea porque supondría cosificar al periodista asturiano y hace mucho tiempo que mido mejor el alcance de mis pedradas, gracias, entre otras circunstancias, a la infinita generosidad de alguna de mis piezas de antaño. Hice daño, solicité clemencia y me la brindaron. Estoy en paz, ¡como para meterme en fregaos a estas alturas de la película!

Uno es imbécil hasta que despierta y asume que el mundo es complicadillo. Verlo de otra manera, honestamente, me parece una pérdida de tiempo.

Dos semanas en Sakhir

Se nota que estamos ya en el trecho final de esta temporada. El Gran Premio de Turquía ha dado apenas para unos cuantos highlights, dos o tres análisis de fondo, y los excesos propios de quienes venden el Apocalípsis como una maravillosa oportunidad de abandonar la zona de confort y lanzarse a la piscina, ¡hala, como si no hubiera mañana!

Me gusta que los monaguillos de la cosa y los novicios del convento anden ahora como si hubiesen descubierto el Mediterráneo cuando replican comportamientos de hace más de una década, qué digo, de hace más de quince años: hablar de apasionamiento y de lo bonito que es todo esto con tal de no mirar la realidad a la cara. 

martes, 17 de noviembre de 2020

Valtteri sabe

El día que descubráis que no sois Hamilton el winner sino Bottas el loser, os vais a dar una órdiga de campeonato. 

Como me he cansado de repetir en Nürbu, Valtteri es la medida de la mediocridad de su compañero y su jefe de equipo. Que sí, que son siete títulos y lo que queráis, pero bastó en 2016 que a Rosberg le diera su escudería lo que le había negado y que abriera la mano que cerró al alemán su compatriota Dieter Zetsche después de los sucesos de Spa-Francorchamps 2014, para que Nico fuese capaz de merendarse al hijo del viento. Con nuestro protagonista eso no iba a volver a suceder jamás. Fue elegido en 2017 para sustituir al Campeón del Mundo del año anterior porque daba el perfil de manso que requería la consagración absoluta de su colega británico. 

El retorno


A mí no me miréis. Antes de tomarme unos días de descanso dejé escrito que la actitud de Sebastian había cambiado definitivamente en Emilia-Romagna [Ya era hora...], y su actuación en Turquía ha venido a reforzar mis sensaciones. 
 
Lo he escrito muchas veces esta temporada: en el coche número 5 faltaba el piloto y sobraban excusas, hombros encogidos y preguntas al aire, y ha bastado que el alemán quiera dejar un buen sabor de boca de su paso por Ferrari para que se hayan mitigado los problemas atribuibles al SF1000, quizá porque en el habitáculo hay ahora un hombre comprometido a sacarle astillas. Y es que Charles Leclerc sigue estando donde ha estado casi toda la campaña, aunque por fin tiene un hueso duro de roer como compañero, circunstancia que ya le iba viniendo bien a la rossa, y a nosotros, claro.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Loa a un pollo dopado

Al paso que va la burra, Max no cata un Mundial por mucho que Heineken extienda su alianza con nuestro deporte [La Fórmula 1 se alía con Heineken como patrocinador global hasta 2020]. 

Hanoi estaba en el paquete de las querencias de la multinacional cervecera [Heineken quiere una carrera de F1 en Vietnam], pero el país asiático ha desaparecido del calendario para el año que viene, y todo indica que a los Verstappen family se les acaba el tiempo. Honda se abre en retirada, Red Bull no sabe cómo echarse en brazos de Renault sin que ¡no sea lo que parece, cariño!, y el holandés continúa dando muestras de no saber lidiar con la frustración cuando la testosterona se lo come vivo.

¡Ándale, cabrón!

A falta de tres pruebas para que termine el Mundial 2020, Checo Pérez mantiene una ventaja de 41 puntos sobre Lance Stroll habiendo luchado con todo y contra todo, incluso contando las dos carreras en las que tuvo que apearse de su auto por coronavirus.

Bien es verdad que su compañero canadiense falló una por la misma causa, pero, así y todo, el rédito sigue siendo significativo de que a don Lorenzo se le originó un tapón en la oreja cuando Bernie le susurró que debía contratar a Sebastian Vettel, y eligió para despachar del rancho al tío que ha sacado las castañas del fuego de la escudería con sol, tronando, lloviendo o escampando, siempre apretando los dientes. 

domingo, 15 de noviembre de 2020

Lewis inter pares

No voy a excusarme. Me alegro por Hamilton y más por todos mis amigos y amigas que profesan su fe —luego dicen que en España no hay cultura automovilística, pero estoy rodeado de vettelistas y hamiltonianos, empezando por mi santa madre, a quien se le han iluminado los ojos cuando le he dicho que su morenín ha vuelto a calzarse un nuevo Mundial mientras Alonso entrenaba donde Bryan perdió su sandalia—, pero soy un puntilloso de mierda y, al fin y al cabo, estoy aquí para tocar las pelotas del personal porque alguien tiene el deber de hacerlo.

Hablamos de Bottas, lo ponemos a parir, le exigimos cosas que no puede hacer, y a la hora de la verdad lo sacrificamos en un altar amañao que tenía prevista una tableta donde se podía leer «44 World Champion», cuando por decoro y respeto a la competencia debía ser visible sólo un 1.

Colorize Adam Gawliczek


Ha llovido en Istambul Park y sin querer, o queriendo, la memoria se me ha ido volando a aquellas épicas de nuestro deporte que se firmaron en comandita con el líquido elemento. Muchas, tantas que suena raro que ahora llueva durante el Mundial y, tantas, que en la actualidad recibimos con alegría que algunas de nuestras carreras se desarrollen sobre piso mojado.
 
Hace tiempo que PHN16 comparte en Twitter el maravilloso trabajo de coloreado de antiguas fotografías que tienen como fondo nuestro deporte, elaboradas con mimo y maestría por el artista gráfico Adam Gawliczek [Facebook], y me apetecía rendir tributo esta tarde de 15 de noviembre de 2020 a esa compañera inseparable de nuestra actividad que, debido a los rigores de los nuevos métodos de explotación del espectáculo, ha quedado arrinconada. 
 

So long, mates!

Este extrañísimo 2020 ha cerrado otro campeonato que ha sufrido lo indecible para llegar a su conclusión. Cambios de fechas —la última, el adelanto de las 8 Horas de Bahrein, me ha pillado literalmente en calzoncillos. Tanto es así que me enteré de la cita con la carrera ya comenzada—, incertidumbre a cuenta del coño coronavirus, equipos que se han descolgado, final de ciclo, adiós a Rebellion...

No sé en qué términos podemos cuantificar cómo ha afectado a los pilotos esta situación, aunque imagino que notablemente, y es por ello que quiero despedir el WEC 2019/20 desde estas líneas con un infinito agradecimiento a todos los que lo han mantenido vivo en una temporada que, cuando haya pasado un tiempo prudencial, recordaremos como aquella en que la Resistencia supo sobreponerse a una coyuntura difícil para terminar saliendo adelante. Ha ganado la #7 en el emirato árabe y Mike Conway, Kamui Kobayashi y Pechito López, han rubricado con victoria la obtención del título mundial.

Felicidades. Nos vemos en 2021, chicos. Os leo.

sábado, 14 de noviembre de 2020

Cien gaviotas

Los V8 de 2011 arrojaban unos 820 caballos contando el aporte puntual del KERS, hoy las modernas unidades de potencia superan los 1.000 (la de Mercedes-Benz fijo que sí). 2011 fue el último año de Turquía en Fórmula 1, y Sebastian Vettel clavó las agujas del cronómetro en 1'25''049 en Istanbul Park, durante la clasificación; esta tarde, Lance Stroll ha conseguido establecer el tiempo de pole en 1'47''765 en el mismo trazado, más de 22 segundos más lento. 

Las condiciones no han sido iguales, obviamente, pero por esas cosas que tiene nuestro deporte, lo que hasta anteayer era una cuestión de equipo y de coche, hace unas horas se ha tornado una cuestión de manos, seguramente porque suena apetitoso empezar a creer en quien será el verdugo de Sebastian Vettel en Aston Martin.

¿Lo llamamos lotería?

Con unos coches que parecen transatlánticos puede suceder cualquier cosa en una pista en desuso para la Fórmula 1 desde 2011, recién asfaltada y con previsión de lluvia en clasificación, con una Pirelli como telón de fondo, que no sabe a estas horas dónde meterse porque no conocía lo del reasfaltado, porque las condiciones de agua y baja temperatura no suelen sentarle bien a su producto, y que, para más bemoles, prefirió mostrarse conservadora en su retorno a Istanbul Park eligiendo los compuestos más duros de su gama. Todo muy científico, la madre que nos parió.

¿Qué puede fallar? Nada, el espectáculo está por encima de estas minucias. Tocaba rellenar el calendario e ir sumando pruebas y es exactamente lo que estamos haciendo en este raro 2020. Lo de la competición, ya si eso, lo dejamos para otro día; nuestra disciplina es el pináculo del motorsport y sonaría inoportuno afirmar que el Gran Premio de Turquía huele a lotería en sus primeros compases. No voy a cometer ese pecado, hoy no.

Os leo.

viernes, 13 de noviembre de 2020

Istanbul [Not Constantinople]. Vettel version...

Si nada lo impide, Sebastian lucirá en la carrera de este fin de semana una bandera LGBT en su casco bajo el lema «No borders - Just horizons - Only freedom», y como es en Turquía —Istambul Park está en el país euro-asiático, concretamente en el lado oriental del Estrecho del Bósforo—, el asunto trasciende lo anecdótico y nos sitúa donde se deben hacer las reclamaciones: en territorio comanche, en casa de Erdogan en este caso, en una de las capitales más representativas de una nación que por el canto de un duro no vive bajo el gobierno de la sharia y donde los Derechos Humanos son papel mojado, sobre todo para las lesbianas, los homosexuales varones y bisexuales de ambos géneros, los transexuales, etcétera, que acostumbran a ser acosados o desaparecer, o morir, sin que nadie mueva un dedo.

Y hay que aplaudirlo por tres razones. La primera, porque si la Fórmula 1 sirve para blanquear este tipo de sitios, bien está que se coman una buena órdiga como compensación al esfuerzo de abrir un poquito más nuestras dilatadas tragaderas deportivas. 

jueves, 12 de noviembre de 2020

¿Dónde queda Senna?


Yo también sufrí de adolescencia aunque, gracias a Dios, en la época en que me tocó pasarla no había redes sociales y las cartas de amor se escribían a mano y los odios y las venganzas se guardaban en un cajón por impracticables. La vacuna entonces era la paciencia, y el premio: hacerse adulto cuanto antes.
 
No me preocupa tanto que estemos en manos de auténticos críos como la facilidad con que muchos mayores rinden sus picas a la chavalería ligera, y no se me ofendan los de poca edad, la saeta va dirigida a los que han renunciado a madurar, tengan los años que tengan, y, por supuesto, a los que siguen creyendo que la savia nueva nos salvará por llevar en su segunda sílaba una uve en vez de una be.
 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Lo normal

De lo sucedido con Checo Pérez en Emilia-Romagna me quedo con el argumentario escolar que ha sacado el personal a la palestra  con tal de justificar que lo de Racing Point entra dentro de lo normal.

Como sucedió a comienzos de temporada con el temita del W10 rosa, la cuestión ahora mismo pasa por negar la mayor cogiendo el rábano por las hojas. Sergio está fuera para 2021 y él se protege por si las moscas y su escudería teme tanto al público y sus críticas que reacciona tarde. No sé cómo andará la cosa en la actualidad, pero cuando cursé parvulitos en San José de Santurce, las monjas carmelitas nos contaban historias más sólidas, quizás porque a pesar de nuestra corta edad consideraban que debíamos enfrentarnos al mundo como feroces mirmidones.

Volver con la frente marchita...

 

Como es público y notorio, me he tomado unos días de descanso en el blog y, sinceramente, ya iba siendo tiempo de volver aunque no como otras veces, cuando me dedicaba a rellenar los huecos para que las pellas se olvidasen como se olvidó lo del negro de Ana Rosa Quintana o lo del plagio de Pérez-Reverte. 

Esta vez voy a dejar intacto el silencio de estos días en Nürbu para recordar que necesitaba vacaciones, que me las tomé a pesar de que he seguido en contacto estrecho con la Fórmula 1, y que vuelvo al ruedo con plena conciencia de causa y siendo consciente de que estoy aguando la fiesta a los muchos petardos y petardas que se las prometían felices con la esperanza de que mi ausencia se convirtiera en perpetua e irreversible. Todavía no es el caso, obviamente, así que ¡al lío!

Os leo.

jueves, 5 de noviembre de 2020

La segunda ola

Echando la vista atrás, resulta inquietante el cachondeo que suscitó entre la chavalería ligera que mencionase en marzo pasado la posibilidad de rebrotes con el coronavirus [Más vale prevenir]. 

No soy Íker Jiménez y su equipo de especialistas, ni Fernando Simón y el suyo, obviamente. Tampoco soy la Bruja Lola aunque lo de la segunda ola pandémica era bastante sencillo de ver. Mi mundo es relativamente minúsculo y, desde luego, no soy de los que andan esperando instrucciones a través de la caja tonta ni del Gobierno central ni del de nuestra comunidad. Me cuido y cuido de los míos, hoy es lo que toca hacer...

lunes, 2 de noviembre de 2020

Ya era hora...

Cuatro carreras más y Sebastian será finalmente libre para mostrarnos todo aquello de que es capaz. 

Ayer iba cuarto cuando los hados se conjuraron para cobrarse el regalo de Ferrari en Singapur 2019. Primera parada en garajes y la rueda delantera derecha que se resistió a ser colocada, y de ahí al abismo, claro, porque como remate, le endosaron un nuevo paso por boxes para cambiar a C4 y tratar de enjugar la sangría que se había montado.

domingo, 1 de noviembre de 2020

Uno más

Mercedes AMG se ha coronado esta tarde como heptacampeona del Mundo de Constructores, como viene siendo tradición por estas fechas desde 2014, momento de arranque de la llamada etapa híbrida. 

Os podéis imaginar. La romería ha comenzado inmediatamente concluida la ceremonia del podio. Todo el mundo ha saludado la nueva gesta y ha felicitado a los ganadores in situ y en redes sociales. Agún incauto incluso ha llevado toallas para secar tanto sudor como se supone que acarrea la culminación de una hazaña de este tipo, pero, salvo esta chispeante nota de color, la cosa ha discurrido como siempre porque siempre que vence Brackley lo hace por goleada y con varias carreras de margen por delante.

Los buenos chavales

Bottas se calzaba la pole para el Gran Premio de Emilia-Romagna por poquito menos de una décima sobre Lewis Hamilton, obviamente, y bueno, tras hecho tan notable sólo nos queda poner una vela a san Enrique de Upsala y cruzar mucho los dedos, pero mucho mucho, hasta que duelan, por ver si hoy domingo la cosa renta y el finlandés logra poner algo de pimienta en el suma y sigue que lleva el británico entre manos.

Es temprano y festivo, y aprovechando esta anotación y que hemos salido ilesos de la tontuna del Halloween —gracias a Dios, salvo a Jimmy Fallon no conozco a ninguna celebridad de las que me propone Twitter como indispensables con sus coño disfraces—, quiero hacer mención a lo dulzones que nos ponemos en cuanto está el pescado vendido. Sí, entre la tarde de ayer y las horas que llevo levantado he podido leer algunas breves alabanzas al piloto de Nastola, incluso alguien, lejano, of course!, ha sido capaz de esbozar un bello pensamiento hacia él: ¡pena que sea tan buen chaval!

Os leo.