Después de lo visto en Albert Park, la prueba disputada hoy me ha decepcionado bastante: la falta de fiabilidad de los rossos (5 motores rotos en 2 carreras, son muchos, se mire por donde se mire) ha respetado al finlandés Raikkonnen dejándole volar hasta la meta, aunque la chapuza de Massa (¡van dos!) me lleva a reconsiderar lo que dije en su momento acerca de su posición en la Scuderia (sin Todt, Felipe está naufragando estrepitosamente), y a reiterar que Ferrari, de referente ¡nada!, al menos de momento.
Y McLaren, ¡ay, McLaren! La inglesa ha comenzado a desfallecer como estaba previsto: descargados de gasolina han recuperado rápidamente los puestos obtenidos en calificación que les había negado la FIA, pero no han podido hacer más. Reseñable el trabajo de Kovalainen y lamentable el de su compañero, que ha demostrado que lo que realmente sabe hacer es salir desde la pole y apretar a fondo el acelerador (Kimi, en una situación similar, en Australia, ofreció un recital de conducción y rabia).