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lunes, 1 de junio de 2020

Ford vs. Ford, 1966 [#24LeMans 34]


En plena crisis originada por un paulatino estancamiento de la demanda y un creciente aumento de la inflación (estanflación), Ferrari, que no atravesaba su mejor momento económico, iba a ver tambalear su filosofía como constructor independiente, pues no vendía suficientes coches como para soportar la exigente actividad competitiva, pero, a la vez, necesitaba las victorias en los circuitos para continuar vendiendo deportivos...

Después de las calabazas a Ford en la primavera de 1963, FIAT se había mostrado como su principal aliada —la milanesa producía el FIAT Dino con patente Ferrari desde 1964 y ambas negociaban en esos instantes la incorporación de la primera en el accionariado de la segunda—. En esta relación singular había tenido mucho que ver Eugenio Dragoni, amigo personal de Il Commendatore, un hombre autoritario y muy nacionalista, hábil en las relaciones políticas pero tendente a los excesos verbales con la prensa, que, debido a su negocio de cosméticos, mantenía buenas relaciones con las grandes familias de la Italia importante, los Agnelli entre ellas. Dragoni sustituyó a Romolo Tavoni como director del departamento de competición en 1961, en lo que Van den Abeele definirá en «Enzo Ferrari; L’homme derrière la légende» como una decisión mal inspirada, y supo profesionalizarlo, pero contribuyó decisivamente a la derrota de La Scuderia en Le Mans.

miércoles, 8 de enero de 2020

Ken Miles mirando al tendido


Ken Miles no era, ni de lejos, tan atractivo como Christian Bale, quien lo ha encarnado en la película Le Mans '66 hace nada, pero no deja de ser un personaje que por el mero hecho de existir nos pone en pelota picada frente a las enormes contradicciones que nos aquejan como seguidores de nuestro bendito deporte.

Supe de él a través de una maqueta 1/43, congelada, como otras muchas, en una de las urnas de plástico transparente que acumulan polvo en mi estudio, pero entendí de su grandeza gracias a la pluma de Luis Ortego [A 20 metros de la eternidad: Ken Miles y las 24 horas de 1966], hábil en ese arte, siempre difícil, de reducir a mínimos el ego escritor para que el lector descubra por sí mismo los filamentos que tejen el mundo.

lunes, 3 de junio de 2019

Se viene película


Tengo la sensación de no haber salido de Detroit en tres días y eso ahí fuera, que aquí dentro siguen llamando a la puerta los kansagarris del caca, pedo, culo, pis, y la sensación es otra bien distinta, como comprenderéis.

Y bueno, como he pasado un fin de semana bastante especialito esperando que apareciera el hombre que me vendió de segunda mano mi primer Macintosh LC, viendo IndyCar a cascoporro y recibiendo hoy mismo el regalo de que mi amigo Pepelu está bien y, de rondón, la guinda de haber servido lentejas en casa a Iker y poder charlar un rato con Antonio, con quien no coincidía quién sabe si más de veinte años, me apetece hablar de esas cosas pequeñas que generan universos sin que muchas veces nos demos cuenta.