lunes, 11 de noviembre de 2024

Perdiendo pie


A Hamilton se le vio en su salsa conduciendo el McLaren MP4/5B que llevó Ayrton Senna en 1990, y bueno, como siempre pasa con estas cosas, entre la legión de seguidores que tiene el británico en España no faltó quien se quejó en redes sociales del poco eco que tuvo el bendito homenaje al paulista, o ¿al de Stevenage deberíamos decir?

Vaya por delante que a mí me colmó la atención que dispensaron los medios internacionales y autóctonos al evento en Interlagos, básicamente porque el acto de tributo tenía como centro de atención al ídolo brasileño y, en líneas generales, pues tampoco me he puesto a contar líneas y menciones, creo incluso que se dio más importancia al heptacampeón del mundo que a la figura homenajeada, aunque esto no deja de ser una mera opinión plasmada a vuelapluma.

domingo, 10 de noviembre de 2024

Onnea, Valteri!


Son tantos pilotos a los que he visto partir sin el reconocimiento que, a mi modo de ver, se merecen, que me cuesta escribir estas líneas de despedida a Bottas.

Los obispos de la cosa nos recuerdan de tanto en tanto lo cruel que resulta todo esto, pero ellos, vosotros y yo, sabemos que lo de la crueldad no es sino el vasito de leche que toman algunos para conciliar el sueño tras cerrar sus gigantescas tragaderas. 

El Peugeot 908 HDi FAP


Sin que sirva de precedente, vamos a cerrar de una tacada el largo episodio de los grandes diésel en Le Mans, reseñando hoy el Peugeot 908 HDi FAP que se enfrentó a los Audi desde 2007, un añito después del estreno del R10 TDI [Y llegó para quedarse], y venció en la edición de 2009 a los R15 TDI [¡Más madera!].

En 2012 se estrenaba la era híbrida en el WEC y Le Mans, pero Peugeot declinó participar. No obstante, el bellísimo colofón a esta etapa que aludíamos al comienzo se dio el año anterior [La mejor edición (#BlueTrain/21)], cuando los descomunales diésel de 5.5 Litros ya habían dejado paso a los más pequeños 3.7 Litros, aunque, con vuestro permiso, la aparcaremos hasta que encuentre el R18 TDI y lo pueda traer a estas páginas.

sábado, 9 de noviembre de 2024

La descomposición del paisaje


Entramos en modo ahorro de gasolina y gomas... 

En nada se termina este espacio de dulce solaz vacacional y visitamos ese bodrio de luces y colores al que llaman Las Vegas Strip Circuit, que tiene dibujo de cerdito puesto del revés, sí, ese, al que seguirán del tirón Losail y Yas Marina. 

viernes, 8 de noviembre de 2024

La pomposidad


Echando cuentas, considero que vivíamos infinitamente mejor cuando todo daba vueltas alrededor del otrora Mago de Milton Keynes y hoy Moisés de Aston Martin. No sé, es una apreciación —no me atrevo a más, obviamente—, pero con todos los ojos puestos en Adrian, en si lo había fichado Ferrari, Mercedes AMG o la heladería de la esquina, en si se jubilaba o se iba de caravana a hacer turismo por la vieja Europa acompañado de su santa, la realidad automotora estaba como enfocada, centrada y niquelada, que se decía antes.

Con Newey en Silverstone la cosa ha empeorado gravemente y cualquier asuntillo menor se ha convertido en primicia de pin-pan-pún y fuegos artificiales que abre titulares en primera plana; aunque, bien mirado, a lo peor todo consiste en la pomposidad que se gasta el personal al manejar lo que considera noticia y categorizar que sirve como exclusiva aunque sea cartucho con pólvora mojada.

Os leo.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Austral 4


No conozco a uno de nuestros mejores astados que no se haya pifostiado de mala manera, así que bien, por mi parte bien porque Franco ha opositado con nota a estar donde se han partido la cara los que buscan los márgenes propios y los de su herramienta.

Lo siento en el alma, eso sí, por los que creían que en F1 todo era coser y cantar y habían puesto los huevos en la cesta del argentino que iba a quitar el aliento a los más reacios. Colapinto estrellaba su coche y lo hacía añicos porque, a diferencia de Sargeant, el cabrón del pibe iba en ese momento al límite, con un Williams, cabe advertir, pues Lance Stroll, un ejemplo, todavía no sabe lo que es hacer volar un bicho potente ya que, desde el habitáculo la vida se ve diferente cuando eres un auténtico piloto de Fórmula 1.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Brazil, año cero


Lo de los comisarios induciéndole una bandera negra a Hulkenberg en Interlagos me quedó a la altura de aquel Jeep, con el cuerpo de intervención rápida de bomberos dentro, que asaltó la pista de Yeongam sin que hubiese salido el Safety Car.

Imagino al alemán gritando desde el interior del cockpit: «¡Ey, cabrones, no hagáis eso...!»

Fee1 [Marko-F1]


Más que un libro de arte visual, Fee1 (Madrid, 2018), supone un viaje a través de las sensaciones que suscita la Fórmula 1 en una mente inquieta como la del artista Miguel Rivavelarde, profesional de carne y hueso que se oculta detrás del nick Marko-F1.

En base a su peculiar forma de entender nuestro mundillo, el autor crea unas potentísimas imágenes, surgidas todas ellas a partir de un proceso previo de deconstrucción de fotografías convencionales, que una vez descompuestas y vueltas a ensamblar generan nuevas versiones de la realidad.

martes, 5 de noviembre de 2024

Lo que nos falta (todavía)


Después de haber doblado la rodilla, es Juancho Montoya el que desmerece a su oponente sintetizando su estado de ánimo en un escueto: «¿Verstappen? No es talento, tuvo suerte...», y todos habríamos entendido que al tiburón colombiano se le había escapado la presa y le estaba lanzando un aviso con dardo envenenado incluido, pero, me pasa con Lando, que la misma frase en su boca suena a inoportuna quejita flanderiana.

Lo que ha perdido la Fórmula 1 desde que llevo disfrutándola, se corresponde punto por punto con lo que han ganado conductores como el británico, capaces, sin sonrojarse, de soltar una chorrada del tamaño de un campanario de grande, al más puro estilo Ralf Schumacher, quien siempre creyó que lo conseguía todo por méritos propios. 

lunes, 4 de noviembre de 2024

¿Efecto Briatore?


Venga, todos lo sabemos. Si en vez de Esteban y Pierre en el segundo y tercer cajón del podio en Sao Paulo hubiesen estado Kevin y Nico, un suponer, alguno de nuestros adalides de la información habría reseñado la anécdota bajo un sonoro ¿Efecto Komatsu?, así, grandilocuente, como para que el personal se pusiera a pensar en que a lo mejor el japonés hizo algún tipo de magia que no conocía Guenther Steiner, más allá de traer a Toyota como colaborador necesario para 2025, claro.

Obviamente no tuvo nada que ver Flavio, pues el hombre seguía con las tijeras recortando de aquí y allá y no se le podía exigir que estuviera atento a las evoluciones de los dos A524 en Interlagos. ¿Hubo suerte entonces? A ver, si no hubo efecto Briatore y los coches de Enstone no están para este tipo de hazañas, hay que admitir como posibilidad que la diosa Fortuna se soltase la melena y los lazos, que se pusiese a bailar descalza y acabara cantando Salut les Amoureux...

¡Más madera!


La dura oposición en pista de los Peugeot 908 HDi FAP y los cambios previstos por ACO para la edición de 2009, obligaron a Audi a replantear su proyecto diésel TDI, de manera que en 2008 ya estaba a punto el sustituto del exitoso R10 TDI, que comenzaría a correr al año siguiente bajo la denominación R15 TDI.

El R15 TDI no suponía una simple evolución del concepto manejado hasta ese instante sino un gigantesco paso adelante que iba a traer consigo algún que otro quebradero de cabeza. Los vehículos franceses estaban totalmente carenados y gozaban de cierta ventaja que ayudaba a paliar el ligero menor rendimiento del V12 francés con respecto al alemán, de manera que Audi se aplicó a mejorar el aspecto aerodinámico de su prototipo abierto, lo que acabó afectando al propulsor, que pasó a ser un V10 más pequeño de volumen externo y también de 5.5 Litros, algo que facilitaba el trabajo de la zaga y el difusor.

domingo, 3 de noviembre de 2024

No pongas puertas al mar


A mí no me tenéis que convencer [La amenaza del tiempo]. Llevo bastante oponiendo a Max y Lando en Nürbu como para que venga ahora a contaros milongas, y aunque considero que no conviene lanzar las campanas al vuelo pues quedan tres Grandes Premios y una Sprint, kilómetros suficientes como para que un inconveniente pueda dar un vuelco a la cosa, tampoco quiero dejar pasar la oportunidad de alegrarme a vuestro lado porque apuntamos hace meses al Norris que hemos visto esta tarde en Interlagos, y también al Verstappen que se ha enseñoreado de lo lindo en el trazado paulista.

El cabroncete del holandés ha hecho estos meses pasados lo único que podía hacer: aguantar, seguir siendo igual de exigente consigo mismo que siempre, y esperar su oportunidad, y es que a los niños les cuesta aceptar que la Fórmula 1 consiste en sufrir hasta atrapar entre los dedos ese milímetro cúbico de suerte que define la diferencia entre pilotos, a veces abismal.

Sin argumentos. Of course!


Entre ¡a qué alturas del año estamos!, lo de las cuatro unidades de potencia por temporada que ahora mismo se nota que duele, las escuderías que ya lo han dado todo y están enfocadas en 2025, los pilotos que se van y los que se quedan, la clasificación para la Sprint de Sao Paulo se puede decir que estuvo incluso pasable...

Otra cosa fue la Sprint en sí misma, que no es por nada, por momentos me recordó aquel Gran Premio de China donde Kimi esperaba a Felipe Massa para cederle la posición sin levantar polvo —estaba vigente la prohibición de órdenes de equipo—, y el paulista pudiera rascarle algunos puntejos a Hamilton en su lucha por el campeonato más triste que han visto estos ojitos verdes que tengo.

El barro


Bastante tiene Valencia con sufrir la inmensidad de su tragedia como para que vengan algunos a intermediar en ella planteando falsas dicotomías entre patriotismo e ideología.

Sabéis de sobra de qué pie cojeo como para veniros ahora con verónicas. Anoche me quité de encima a uno de esos individuos que dice en público lo mucho que me admira pero no ha compartido un texto mío desde que le conozco, supongo que por no buscarse enemistades entre sus amigos. La melifluidad nos engulle y hay momentos en que conviene trazar un punto y aparte porque moñas bienintencionados es, precisamente, lo que nos sobra.

sábado, 2 de noviembre de 2024

Get lucky!


Mañana daremos cuenta de la Sprint de Sao Paulo y su clasificación de ayer, básicamente porque me tira más escribir a estas horas sobre la cancelación de la clasificación para la carrera, y de las veces que han hablado de mala suerte en la retransmisión de Sky Sports.

Tal que así. Como si en Brasil fuese extraño que lloviera torrencialmente a estas alturas del año o se haya hecho necesario encontrar al chamán que se puso a bailar en el Amazonas, solicitando a los dioses algo de agua, y no ha sabido parar a tiempo...

Y llegó para quedarse


El dominio aplastante de los R8 de Ingolstadt desde 2000, llevó al ACO (Automobile Club de L'Ouest) a intentar pararles los pies en 2005, con la aplicación en las 24 Horas de Le Mans de una serie de inusuales medidas restrictivas que no lograron su objetivo, pero, a cambio, incentivaron a Audi a acelerar el desarrollo de los R10 TDI.

El prototipo del flamante nuevo vehículo fue presentado bajo una enorme expectación a finales de ese mismo año. En apariencia guardaba un bonito aire de familia con el coche al que sustituía aunque estaba repleto de novedades, empezando por el chasis, que continuaba siendo monocasco de fibra de carbono, pero, ahora, ofrecía una menor rigidez estructural mientras aportaba una mayor resistencia global. 

viernes, 1 de noviembre de 2024

Clandestine Worlds


Diría que no hay nadie mejor que su propietario para saber si dispone o no del pasaporte correcto, y esto no es opinable. Otra cosa es que moleste Max cuando advierte que otro gallo le cantaría si fuese inglés [Verstappen hits out after Norris controversy: «I have the wrong passport»].

Todos lo sabemos. Montoya lo sabía, Maldonado también; Gutiérrez, Pérez; Alonso aprendió la lección en 2007, y Sáinz intuyo que sólo prefiere no decirlo. Todo el que no cae bien al establishment conoce de sobra que debe culpar de su situación al bendito pasaporte. Ben Sulayem lo va entendido a regañadientes, incluso los que se ponen de perfil o se muestran equidistantes en redes sociales, y callan como rameras desde los púlpitos por no perder su puñadito de likes diario, conocen esta evidencia que pasará factura a Franco como destaque más de lo debido o pise el callo a quien no debe.