miércoles, 30 de octubre de 2019

La misión fallida del Mesías


Sé que es mucho pedir, pero para discutir según qué cosas nos haríamos un gran favor olvidando por un momento el nombre de los protagonistas y, por supuesto, que cuatro es siempre más que dos, que sé que lo habéis pillado.

Si no se realiza este pequeño ejercicio profiláctico resulta complicado aceptar que muchos tifosi puedan echar de menos a Fernando Alonso, no por ser bicampeón mundial, no por sus números en la rossa, sino porque quien iba a borrarlo del mapa no ha hecho otra cosa que potenciar su recuerdo.

El asturiano no contó jamás con un maggiordomo sino con un rival en casa. Mi Felipe corría para sí mismo, tanto que su contribución a la causa de La Scuderia en los cuatro años de convivencia con el español causa vergüenza ajena de sólo mirarla.

El paulista consiguió de 2010 a 2013 tan sólo 496 puntos por los 1.029 que logró el de Oviedo, un 48'2%. A Kimi le fue peor en 2014, únicamente consiguió 55 puntos por 161 de nuestro compatriota, un escaso 34'1%. Con el doble de presupuesto y una estructura totalmente renovada o en vías de renovación, Vettel sí ha contado con un escudero que restaba posibilidades a los contrincantes. Entre 2015 y 2018, Iceman suma 792 puntos —296 más que Massa en el mismo periodo de tiempo—, frente a los 1.127 del astro alemán, lo que hace un 70'2%. Con Leclerc, y a pesar de que Sebastian no quiere que 2019 concluya así, la situación a falta de tres carreras nos dice que el escudero va por delante del primer piloto, 236 contra 230...

No voy a hablar de subcampeonatos más o menos épicos ni de finales de temporada apretaditos como puños. Creo que cualquiera con dos dedos de frente es capaz de visualizar, con lo que acabo de contar en los dos párrafos anteriores, que la Ferrari de 2015 a esta parte es sustancialmente mejor que la de 2010 a 2014, más engranada, con un planteamiento más firme y una dotación económica más acorde con lo que supone participar en un Mundial de Fórmula 1, con pretensiones de ganarlo, claro.

En las comidas de Navidad de 2016 y 2017, Sergio Marchionne señaló a Vettel como excesivamente nervioso y tendente a los errores o como un delantero que no sabe rematar. El de Chieti no pudo decir nada en diciembre de 2018 y, por supuesto, tampoco nos iluminará con sus palabras dentro de mes y medio, pero por mucho empeño que se ponga en negarlo o rebatirlo, existe una enorme masa de tifosi que opinan igual que el tristemente desaparecido Presidente de Ferrari.

Y sí, es normal y razonable que la gente haga comparaciones y eche de menos aquellas sensaciones que brindaba el hombre al que debía eclipsar el Mesías de Maranello.

Os leo.

3 comentarios:

Antonio L. dijo...

Recordado por luchar hasta la última curva del último gran premio en dos temporadas alternas, consiguió con un hierro lo que parecía imposible. Le prometieron una máquina ganadora y presupuesto acorde a esta exigencia, pero se debieron olvidar.

El olvido es el peor de los pecados, y ahora que han dilapidado dinero y vehículo ganador, se acuerdan de quién con un triciclo era capaz de luchar por ganar el tour de Francia.

Un saludo de un Alonsista "que no olvida".

Anónimo dijo...

Amen.
Lástima que sea cada vez mas difícil que podamos ver de nuevo y disfrutar con el Nano en este campeonato.
Álvaro

Elín Fernández dijo...

Quizá es lo que la actual Ferrari merece.

Salidos, José.