Cuando escucho o leo la palabra «gestión» en lo relativo a los pilotos de la Fórmula 1, se me ponen los pelos de punta.
No creo que sea por nada en especial. Uno tiene una edad y con el paso de los años ha aprendido a gestionar las canas, la barriguilla, los yogures para que lleguen al fin de semana, la calderilla para que aguante hasta final de mes, el trabajo, y que no falte... Cosas en todo caso. Circunstancias cuando toca; sentimientos si no queda otro remedio; pero mascotas o seres humanos jamás, ni mucho menos relaciones o afectos, que de eso se encargan De Guindos, Montoro y los que son de su misma ralea contable.