Me resisto a asimilar que esta temporada que suponía la panacea para todos nosotros, y los otros, incluso para los integrantes del paddock y la parrilla, huela a entierro prematuro en agosto a falta de ver quién hace de finado y quién baila sobre el ataúd.
No puede ser que hayamos claudicado tan fácilmente que nadie busca gatos encerrados, ni hace preguntas, ni sopesa lo terriblemente extraño que resulta todo... Lewis y Nico, fin de la cita.