miércoles, 2 de octubre de 2019

Y a un santo dos pistolas


Proporcionalmente hablando, la zona media de la parrilla y su patio trasero dan más espectáculo en cada Gran Premio de lo que es capaz de ofrecer la cabeza. Los chicos de Haas, por ejemplo, deberían estar cobrando un sobre en los previos a la vuelta de formación que guardarían durante la carrera entre los muslos o en el interior del mono.

Contendría billetes usados con numeración no consecutiva, y lo entregaría un señor con gabardina a lo Humphrey Bogart, gafas oscuras y sombrero, que pasaría desapercibido para la retransmisión y los integrantes del paddock pero permitiría jugar al Where's Wally? al aficionado que asiste a conspiraciones desde el sofá de su casa. Los presentes, los que ven las carreras como antaño, aunque armados de dispositivos móviles o sentados en una grada con pantalla gigante enfrente, se lo perderían, claro. Ellos siempre ven la vida bajo la perspectiva de los hechos que avala la autoridad, pero como ésta lo negaría todo, como tiene por costumbre, pues haceros cuenta...

A lo que vamos, que me enredo. Los chicos de Haas, el jefe deportivo de Haas, Haas F1 Team al completo, carecen de sentido si no contemplamos un plan B como el que acabo de exponer. Con Rich Energy o sin Rich Energy, a la luz de William Storey o a su sombra, en medio de puyitas en Twitter o sin ellas, la norteamericana sólo es comprensible en nuestro actual marco deportivo si cobra un extra en dinero negro por ofrecer show a raudales y totalmente gratuito.

Después de su corta aventura durante el Gran Premio de Rusia, Grosjean solicitaba más cabeza a sus compañeros, ahí, o cobra por esto o ¡con dos avellanitas y un palo!

Magnussen todavía no ha dicho nada, y gracias, que decía aquél, no sea que Romain esté sobreactuando y le esté mirando también a él, ya que en Sochi el francés dispuso de poco tiempo para confirmar que realmente se había ganado el bonus y puede venir el señor de la gabardina a reclamárselo o intente descontárselo de la partida dispuesta para el Gran Premio de Japón. Para mí fue un lance de carrera de los muchos que se dan en los primeros giros. Se llevaron la peor parte el aludido y Daniel Ricciardo, pero habiendo un Haas por medio uno ya no sabe.

Sea como fuere, la de Kannapolis languidece en el penúltimo puesto de la clasificación y sólo porque a Williams la ha vuelto a mirar un tuerto también en 2019. No obstante hay que mostrarse optimistas. Quedan cinco carreras por delante, lo que supone cinco nuevas oportunidades para demostrar qué es eso de tener cabeza, y, sobre todo, que el espectáculo en Fórmula consiste en conducir mejor que los rivales y tratar de llegar entero a la meta. Y es que a la vista de lo que hace, afirmar que Haas compite supone un sonoro oxímoron. Como poner a un santo dos pistolas, vamos.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

...y el anillo del Guntersteiner, su mano acariciando el gato, jaja!

Le ha soltado un Fuckyou Charly! A un comisario por radio, a ver cuánto le cuesta. Macarrismo formuleril.