jueves, 24 de octubre de 2019

Onnea, Valtteri!


Para los hombres que no interesan, la vida es un continuo pasar de puntillas. La última vez que escribí sobre Bottas me choteaba un poco de la mala suerte que lo acompaña [Valtteri no tiene quien le escriba], pero empieza a ser clamoroso el silencio que rodea al finlandés en la antesala del Gran Premio de México.

Ahí donde le tenemos, el de Nastola es el único piloto sobre la Tierra con capacidad matemática para amargar la fiesta de Lewis Hamilton en el Hermanos Rodríguez y prolongar su agonía una o dos carreras más.

No somos tontos y todos sabemos que el desenlace básicamente depende de cómo se levante el domingo Toto Wolff, de si lo hace con el pie izquierdo o el derecho, o de si Susie recuerda a su marido que mantiene una pequeña obligación con los aficionados y que en México no serían de recibo cosas como las de Rusia del año pasado, o fortunas de todo tipo que por hache o por be han sacrificado los flancos de nuestro protagonista.

La verdad es que siento que estoy pidiendo peras a un olmo, pero tampoco quiero desaprovechar la ocasión de que el Pisuerga sigue pasando por Valladolid, para recordar que si Valtteri está ahí en estos instantes, en la pomada, mordiendo los calzones de Lewis, se ha debido tanto a la liberación del peso del piloto con respecto al del monoplaza, como a un comienzo de temporada en que el chaval de Emilia demostraba por qué está en Mercedes AMG y por qué se merece el puesto.

Bien, vale, el binomio vendedor ha continuado siendo ese artificial Hamilton-Vettel que en 2019 no ha dado prácticamente para nada, pero estaba Bottas, que es a lo que vamos, y Bottas se mantiene a 14 puntos del pentacampeón del Mundo a falta de cuatro pruebas para que cambiemos de calendario y, pienso, en épocas en que se da tanto valor a la palabra respeto habría que brindárselo a Valtteri escribiendo una líneas, alguna semblanza de vez en cuándo, catalogándolo, acaso, como quiz´ás el mejor escudero de la parrilla.

Hace tiempo que dejé de ilusionarme con la posibilidad de que Bottas nos regalase un Rosberg, pero echando cuentas, a dos abandonos que sume Lewis en México DF y Austin —Dios no lo quiera, aunque la posibilidad está ahí—, y una mala carrera para el británico en Interlagos, un ejemplo, la prensa se encontraría de sopetón con que en Abu Dhabi, el tío al que han ninguneado como ladrones podría coronarse Campeón del Mundo. Siquiera por evitar el mal trago, considero que merecería la pena hablar un poquito más de Valtteri Bottas.

Y eso, que el vencedor del Gran Premio de Japón se lo ha currado tan bien este año que a poquito aire que le sople la espalda puede incluso conseguirlo. Todos coincidimos en que es improbable que suceda, pero la magia de nuestro deporte destella en esa hora y media en que los despachos, las estimaciones y lo mejor para el negocio, dejan paso a la lucha sobre el asfalto, sus azares, y a que Dios juegue a los dados con Toto Wolff y con nosostros.

Os leo.

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