Tenemos por delante uno de esos fines de semana en que no va a haber tiempo para nada, más allá, claro, de pasarlo teta en dos de los santuarios de lo nuestro, dos de las tres patas de la Triple Corona, Mónaco e Indianápolis, para más señas.
Y bien, si en El Principado las cosas ya han echado a andar con Charles Leclerc marcando la pauta y la FIA... continuando en su línea, al otro lado del charco el ambiente sigue tenso y apesadumbrado a cuenta de la monumental cagada de Penske este año, que afecta al buen nombre de la Indy 500 tanto en esta edición como la anterior. La organización sancionaba con celeridad a los pilotos del equipo de Carolina del Norte que habían logrado plaza en el Fast 12, y Roger Penske tomaba medidas inmediatamente [Tim Cindric y otros dos ejecutivos, despedidos por Penske tras el escándalo], aunque todo resultaba insuficiente, ya que el incendio avanzaba sin oposición, convirtiendo lo que tocaba en pasto de las llamas.