Imagino que alguien habrá pensado que no se notarán unos kilovatios más de consumo eléctrico en una ciudad que es un exceso en sí misma, sobre todo de noche, cuando apenas quedan centímetros cuadrados de superficie sin iluminar, pero chasquea bastante que la Fórmula 1 nos embarque en una nueva aventura nocturna, esta vez en Las Vegas (2023), cuando insiste en hablar de sostenibilidad y somete al deporte a restricciones cada vez más chorras con tal de hacerlo más económico y verde, o eso comentan.
Decían no sé qué de la mujer del César pero se ve que no es aplicable a la política de Liberty Media, ni mucho menos a las tragaderas que sigue mostrando la FIA ante estos conflictos de intereses que se resuelven siempre cortando por la tangente. Reducir el impacto medioambiental y la madre que nos parió a todos, compromisos que no valen ni el papel en que han sido escritos.
Os leo.