El nuevo formato que me he impuesto para comunicarme con vosotros me está tocando un poco las narices, para qué vamos a engañarnos si ya nos conocemos. Hoy mismo, por ejemplo, pues como que me han entrado ganas de comenzar a contaros las tonterías que se me pasaron por la cabeza el lunes, el martes, el miércoles, el jueves… no, el jueves no, que sufrí sequía… Esta noche, decía, entre otras muchas cosas debería haber tocado la máquina loca ésa del Newey en su undécima o duodécima entrega, pero como no es así, me voy a tomar la libertad de dejar la telenovela por episodios que llevo entre manos para retomarla mañana mismo. ¡Total, es sábado…!
Ya en harina, apretar el presente entre las manos tiene su tela, y más cuando se extiende la sensación de que medio mundo ha cerrado la persiana.