Sinceramente, hay días en que se hace muy difícil articular palabra, y hoy es uno de ellos. Con el rollo de que a Kimi le están flojeando las piernas últimamente, se ha levantado una nube que en algunos sitios alcanza volumen de tormenta, y todo porque de su continuidad depende que Fernando vista de rojo el año que viene (eso dicen), vamos, que seguimos en la misma trayectoria tontorrona de siempre: dar palos de ciego por ver si se acierta, mientras se llenan líneas y líneas con insensateces que atraen a no pocos pseudo expertos de todo pelo y condición, que contribuyen, a su vez, y con sus comentarios, a que la rueda siga girando hasta la extenuación.
Empecemos por el principio, como diría mi abuelo. Mal anda el panorama cuando un aficionado del tres al cuarto (yo) lleva dando en la diana en sus pronósticos sobre Ferrari, sin salir de casa. Ya el año pasado afirmé que Alonso había decidido jugársela a Dennis dejando que Ferrari se acercara a McLaren [La marea roja]; o que el triunfo de la de Maranello en el campeonato de constructores suponía una puñalada trapera a BMW, amén de un regalo de consolación para la escuadra italiana [El robo del siglo]…