A pesar de los cuidados de Amanda, Adrian continúa mostrando un aspecto blandengue y delicadote, lo que llevó en su día a que los más granado de nuestro periodismo, tanto patrio como foráneo, pensara y expusiera en público que el vecino de Shakespeare, tras su salida de Red Bull, se buscaría un hobbie caro en la Copa del América, quizás en la aviación, tal vez cuidando y mimando los autos de época que le gustan tanto, o quién sabe si tomándose unas larguísimas vacaciones haciendo ruta en su caravana por Australia o, mismamente, la vieja Europa.
Cualquier excusa valió para apartarle del automovilismo de alta competición, básicamente porque a ciertas edades se ve a los tipos como Newey como candidatos al retiro o alimentar palomas desde un banco del parque, una ida de olla como un campanario de grande, ya que es ampliamente conocido que tipos más mayores que nuestro protagonista han comenzado de nuevo y sin levantar tanto revuelo.















