viernes, 29 de septiembre de 2023
Por cuatro días locos...
miércoles, 27 de septiembre de 2023
Un colmado y una súplica
martes, 26 de septiembre de 2023
The Invocation
domingo, 24 de septiembre de 2023
La mala consejera
To be or not to be
sábado, 23 de septiembre de 2023
Guarden sus carteras...
Mi abuela María, que era un bendito pozo de sabiduría, nos tenía dicho cuando pequeños que no se pueden tapar varias sillas con el mismo trasero, y hete aquí que, con la tontería de contentar a Brackley en todas sus demandas [¡Gracias, Toto!], hemos despertado un monstruo, es difícil que podamos pararlo, y el muy cabrón amenaza con joder las expectativas más halagüeñas porque sin drama no hay paraíso, ni negocio. A los yanquis se les puede engañar una vez, pero para la siguiente te estarán esperando con el pacemaker single action desenfundado y, sinceramente, para ese viaje no habrían hecho falta alforjas.
viernes, 22 de septiembre de 2023
El último samurai
martes, 19 de septiembre de 2023
El Buen Samaritano
lunes, 18 de septiembre de 2023
La cabra tira al monte
domingo, 17 de septiembre de 2023
¡Es hoy...!
Cuando el asunto iba bien hasta Mercedes-Benz se pensaba en convertir Aston Martin en su escudería estrella, ¿recordáis? Pero cuando las cosas se tuercen sólo quedamos unos pocos, as usual!, la guardia pretoriana del mejor piloto de los últimos 25 años.
sábado, 16 de septiembre de 2023
Supreme!
jueves, 14 de septiembre de 2023
Apasionamiento de borrachera
lunes, 11 de septiembre de 2023
¡Gracias, Toto!
sábado, 9 de septiembre de 2023
Toy Story
miércoles, 6 de septiembre de 2023
La dura Beatificación
lunes, 4 de septiembre de 2023
Esperando instrucciones
Broche de oro
domingo, 3 de septiembre de 2023
Sonaba bien en su cabeza
¡Gilipollas!
sábado, 2 de septiembre de 2023
El mejor error de nuestras vidas
viernes, 1 de septiembre de 2023
Ni con el mar...
Il Commendatore nos abandonó a nuestra suerte un lejano 14 de agosto de 1988, ya que, prácticamente al día siguiente, entraron los de marketing en el santuario de Maranello a convertir en religión lo que hasta ese instante era genuino enamoramiento y pasión. Con ellos también llegaron los que se cuelan en las bodas y los bautizos, o van a los entierros si se sirven canapés, o esa familia y amigos que le salen a uno cuando las cosas van bien y se evaporan en cuanto el viento rola, se arremolina y amenaza con hacer jirones las velas.