martes, 8 de octubre de 2019

Falta desarrollo detrás


Con el permiso de Vuesas Mercedes, me atrevería a decir que a Max le falta desarrollo detrás. El RB15 adolece de continuidad y, siendo honestos, no deberíamos mirar sólo a Honda sino, también, a una programación de la temporada por parte de herr doktor Marko y don Christian Horner, que no ha tenido en cuenta que hace falta dar solidez al proyecto para que Verstappen se los coma a todos con patatas.

El esquema en pista, a priori, entra dentro de lo razonable actualmente: un piloto punta y un segundón de libro que ayude a traer puntos para casa, acumule kilómetros y cumpla con lo que se le ordena, pero la sustitución de Gasly por Albon ha puesto de relieve que Red Bull se hizo una herida en el vientre que todavía sangra dejando partir a Daniel Ricciardo, quien además de cumplir a rajatabla con sus cometidos aportaba algo que hoy se echa en falta.

Los altibajos del RB15 no son sólo cosa de Honda, como decía antes, ni pueden ser entendidos en base al recurso facilón de este circuito se le da bien a la austriaca, este otro no tanto y el de más allá era descartable desde comienzos de campaña. El año pasado, y anteriores, también había trazados buenos, malos y ni fu ni fa para Milton Keynes, y las críticas a la unidad de potencia Renault eran la comidilla en el paddock, pero nuestra protagonista se mantenía después de la decimosexta prueba del calendario a 237 puntos de Mercedes AMG en 2017, a 203 en 2018, y ahora mismo permanece a 260.

La pérdida de terreno me parece más que evidente, y Honda no me vale como excusa porque jamás hemos visto un equipo tan sacrificado como Toro Rosso haciendo las pretemporadas que hagan falta a su hermana mayor.

¿El chasis? Sin duda, aunque esto nos devolvería la pelota al mismo tejado de hace unos párrafos: Ricciardo fue apartado de sus labores fuera de la pista en cuanto se supo que había fichado por Enstone, y su ausencia en la última fase de desarrollo del RB15 ha podido notarse al comienzo de 2019 y todavía más ahora que toca afinar el Stradivarius.

No me enredo, Jos Verstappen, el padre de la criatura, ha sido meridianamente claro a la hora de exponer sus inquietudes: «Si miro las últimas carreras, para la próxima de Japón nos falta medio segundo. Por supuesto, el equipo intenta hacer todo lo posible para reducir la diferencia, pero no se puede mejorar medio segundo en dos semanas...» [Jos Verstappen exige a Red Bull mejorar en 2020]; aunque me pregunto cómo coño se consigue un buen coche para la próxima sesión si se ha apostado por una alineación de equipo puntero con el monoplaza a medio cocer.

Albon (antes Gasly) no inquieta al joven astro holandés pero tampoco aporta a que disponga de una buena herramienta. Difícil papeleta, ¡pardiez!

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si es q no se puede tener todo. Eso solo pasaba en tiempos de Sebastian q tenía todo el equipo para él o véase todo el equipo Mercedes ahora para Hamilton.

Con la pata del segundo piloto cojeando ostensiblemente, en este caso podemos asegurar q la gestión de Christian y Marko está resultando desastrosa para su joven pupilo holandés.



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