El deporte ha cambiado de manos y se está rebelando, cosa que ya imaginábamos que iba a suceder desde que a finales de enero de 2017 Liberty Media enseñó a Bernie la puerta por donde no debía volver.
Hemos hablado mucho de ello. Hasta aquí todo bien, normal, que diría aquél. Otra cosa es que cada vez resulte más patente que hay cosas que no encajan salvo que la plantilla esté haciendo la cama al nuevo entrenador con la estimable cobertura mediática de una prensa que está vendiendo carísima la pérdida de su hegemonía informativa.