La noticia de que San Sebastián albergaría al año siguiente el Gran Premio de Europa (AIACR, Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus), incentivó el compromiso y apoyo a la carrera tanto de autoridades provinciales y municipales como de iniciativas privadas, en consecuencia, el circuito Lasarte-Oria sufrió en 1925 algunas mejoras en su piso y seguridad, aunque la variante que evitaría el complicado paso por Hernani se dejó para 1926 dado lo costoso de las obras y su dependencia prácticamente total de la Diputación de Guipúzcoa y el Ministerio de Fomento estatal.
Así las cosas, el III Gran Premio de San Sebastián volvía a ser el Gran Premio de España en su tercera edición. La cita se celebró el 19 de septiembre de 1925 dentro de la Semana Automovilística de San Sebastián, que también albergó las XII Horas para Turismos, con presencia de la Familia Real, rodeada, cómo no, por lo más señero de la aristocracia, burguesía y empresariado prominente del momento.