Los rumores sobre la retirada de Matra del Mundial de Resistencia (World Sportscar Championship) al finalizar la temporada, se habían consolidado como una certeza sin confirmar antes de la celebración de la 42ª edición de las 24 Horas de Le Mans, lo que sirvió para descafeinar aún más una cita en La Sarthe que no alcanzó a congregar ni la mitad de público que en 1969, concretamente, en 1974 se sumaron alrededor de 200.000 almas que no quisieron desperdiciar la oportunidad de despedir en el santuario francés ni a la escudería que les había hecho soñar por tres años consecutivos, ni, por supuesto, a los hombres que integraban sus tripulaciones, especialmente a Pescarolo.
La otra causa de deslucimiento fue la incomparecencia de Ferrari. La Crisis del Petróleo desatada el año anterior [Matra vs. Ferrari, 1973 (#24LeMans 41)] había mermado la capacidad de venta de automóviles en todo Occidente y, en consecuencia, los fabricantes redujeron gastos e inversiones a la espera de tiempos mejores, lo que afectó a las divisiones sport de aquellas marcas que las mantenían. En este escenario ciertamente pesimista en lo económico, Enzo Ferrari había logrado imponerse a los criterios deportivos de FIAT pero, puesto que no había dinero para todos los sueños, se vio en la encrucijada de tener que elegir entre Resistencia y Fórmula 1, apostando por la segunda.