General Motors, propietaria de las marcas Cadillac y Chevrolet, decidió en 2002 poner todos los huevos de su faceta deportiva en el programa Corvette, sacrificando para ello una de las aventuras más entrañables del motorsport: la de Cadillac en la AMLS (American Le Mans Series).
El modelo que traigo hoy hasta estas páginas es el correspondiente al equipo DAMS que participó en las 24 Horas de Le Mans de 2000 —ACO (Automobile Club de L'Ouest) y ALMS compartían reglamento—, una de las cuatro unidades que corrieron la prueba, dos de ellas bajo pabellón oficial de la norteamericana (imagen de encabezamiento) y las otras dos al amparo del equipo francés, y decía más arriba que fue entrañable porque supuso un esfuerzo fallido pero mancomunado, en el que participaron inicialmente, además de la de Detroit, el fabricante de chasis Riley & Scott, el motorista Northstar y McLaren.