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martes, 2 de marzo de 2021

Doble cero


Buenas noches. Andaba en un descanso del rodaje y me he dicho «¡escribe algo en Nürbu, gilipuertas, que se te va a pasar el arroz...!»  
 
Únicamente saben en qué coño estoy metido Ernesto, Miguel y Tadeo. Jero se lo imagina, pero, bueno, uno sueña con estirar su vida útil escribiendo más allá de la jubilación, Dios le escucha y le concede el deseo, y pasa lo que tiene que pasar: que ahora mismo estoy hasta las cejas de parir textos diariamente, pero, a la vez, me siento bastante bien, tanto que me permito lujos como haber seguido el Dakar desde la más absoluta intimidad y sin necesidad de verter una letra, o haber disfrutado de la Rolex 24 at Daytona o la Copa Prada sin la obligación de tomar notas durante la carrera (o las regatas) con el fin de parir más tarde alguna que otra crónica u opinión...
 

viernes, 9 de octubre de 2020

Eifel con lluvia

Pena que la Fórmula 1 no sea de correr ahora en lluvia (Scheckter no se ha enterado), pero supondrá un precioso regalo para los aficionados un Gran Premio de Eifel con todos los sacramentos, incluyendo el agua.

De momento los pronósticos ofrecen bastantes dudas para el domingo aunque el líquido elemento y la niebla ya se han llevado por delante los entrenamientos del viernes. El caso es que a los pies del mítico Nordschleife, alzado sobre parte de la sección del antiguo Südschleife [El Südschleife (#Nürbu 05)], el Nürburgring actual es como el Hockenheim moderno: un juguete con nombre de demonio pero indicado para párvulos. Eso sí, sería hermoso, no me digáis que no, que pudiésemos disfrutar dentro de dos días de una buena carrera sobre mojado o ligeramente húmedo, incluso con esos portentos de neumáticos que ofrece Pirelli para situaciones comprometidas. 

lunes, 13 de abril de 2015

¡Ojito con el énfasis!


Lo bueno de levantarte a las 05:00 de un lunes cualquiera, como hoy, es que te da tiempo a escribir esta entrada, y la que se publicará automáticamente a las 13:13 si no he llegado a almorzar a tiempo, para poder dedicar la mañana a saturar con mi innecesaria presencia el Hospital de Cruces.

La culpa la tiene un informe que presumo favorable, dado el tiempo que ha transcurrido desde que en febrero me extirparan un lipoma que me afeaba la frente. En fin, cuando iba al colegio me enseñaron que en oratoria e interpretación hay que tener sumo cuidado con manejar adecuadamente el énfasis, y está visto que también lo enseñan en Gestión de Empresa, en la asignatura de optimización de recursos humanos y económicos, o así.

domingo, 6 de abril de 2014

Yellow flag


En las numerosas defensas que he hecho al respecto de que el consumo no iba a suponer un problema este año, me he balanceado como el empirista del otro día, entre la certeza de que bastaba ir un poco más lento para llegar a la bandera de cuadros y que llegado el caso, Charlie Whiting podía echar una mano desempolvando el coche de Maylander por aquello de ayudar a economizar el gasto de combustible.

Bien, llegados a este temprano punto, tengo que decir con odgullo y satisfacción, en plan campechano y tal, que como buen zahorí he vuelto a dar en la diana porque por un lado, hemos sufrido hasta la extenuación eso de ir lento —pisando huevos, que diría Michael— para llegar a meta en las dos carreras que han abierto el calendario, y por otro, la presencia del Safety Car ha permitido en Melbourne y Sakhir percibir que el gran Charlie está dispuesto en 2014 a que Bern se gane honradamente las alubias y el espectáculo resplandezca como nunca.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Maximizando la audiencia [Yeongam]


Pirelli volvía a la carga. El inicio del fin de semana correspondiente al Gran Premio de Corea, iba a quedar señalado, de nuevo, por la inconsistencia de los compuestos, fundamentalmente en lo que atañía a los delanteros, que ya se sabe, en cuestiones de seguridad resulta siempre más conveniente amarrar adecuadamente el comportamiento de las ruedas tractoras que facilitar que los vehículos dispongan de buen gobierno.

En fin. Se habló bastante del tifón Tifow, pero como en Spa y en Monza, las inclemencias meteorológicas hicieron acto de presencia a destiempo, enfriando el asfalto y complicando aún más si cabe eso de la comprensión de las gomas, con lo que quedaba por ver cómo se comenzaba a repartir el pastel del campeonato a partir del segundo puesto, ya que como de costumbre, Sebastian Vettel había conseguido la pole el día anterior y se preveía que volviera a hacer de las suyas en el patatal coreano, como así sería finalmente y con Grand Chelem incluido.

viernes, 7 de junio de 2013

¡Llueve, Charlie, llueve...!


Iba a meterme a la cama pero he recordado que a los días duros hay que darles una patada en salva sea la parte antes de conciliar el sueño, así que al menos voy a intentarlo.

No lo es, pero hagamos como que la excusatio non petita con la que he abierto el fuego era un simple recordatorio a Charlie (Whiting) para que avise a Bernd de que este fin de semana seguro que tiene trabajo en el Gilles Villeneuve, no sea que por no estar avisado ocurra como en Mónaco, que el Safety Car tardó en salir prácticamente cuatro vueltas completas a la ratonera de Grace Kelly, lo que nos pone en que entre pitos y flautas, si hacemos caso a lo que nos dijo Pirelli en Sakhir, con la porquería que había desperdigada sobre el asfalto, habría dado tiempo suficiente como para dos parrillas y media al completo hubiesen destrozado sus neumáticos o hubieran acabado contra las protecciones, o que ocurriera cualquier otra cosa, peor sin duda, porque la escapatoria de Santa Devota estaba hecha un cisco.

domingo, 2 de junio de 2013

Bad company


Sobre piso mojado, son las reglas que te has impuesto las que te sujetan al suelo, las únicas que valen. Empieza a echarse la noche sobre Gorliz y dibujo mis futuros asequibles en el silencio del estudio, como quien bucea en el horizonte de eventos de un agujero negro. Todo por perder, de nuevo, otra vez, una más. Todo por ganar, con un universo nuevo como premio, a cambio de alcanzar a dar con la punta del dedo en la tecla secreta que da la vuelta al calcetín.

Los fines de semana tomaban hace nada nuestro pulso, ahora, empero, parece que se limitan a mantenernos con vida. Hubo un tiempo no muy lejano, recuerdo, en el cual los findes eran aprovechados por los de la parrilla para pasar a limpio lo que no habíamos dicho los otros días, pero el cronómetro corre para todos por igual y hoy por hoy, como digo, jalonan nuestra capacidad de renuncia, nuestro cansancio, como esas Q2 o Q3 que se disputan reservando gomas para el domingo. Nadie entona el cagon tó me cago mítico, nadie trollea por meter el dedo en aquel sitio, ni siquiera asoma Martín para susurrarme por radio que la trazada ha sido buena... A cambio, Miguel me tira de las orejas para decirme que en otras ocasiones habría sacado el AK-47, pero ¿a quién disparas si todo el pescado está vendido?

miércoles, 28 de marzo de 2012

Haciendo surf sobre el asfalto


Estoy explorando mis propios límites físicos y mentales, así que disculpadme que esta tarde en la que tengo ganas de descansar pero no puedo; en la que se me caen los ojos de sueño pero es pronto para meterme a la cama; en la que me gustaría darle al botón de reset que no encuentro, me haya dado por ponerme un poco verbenero tocando un tema que seguramente habrán tocado otros.

El caso es que a cuenta de la bandera roja del domingo pasado, independientemente de que ya sabemos lo que le gusta a Charlie Whiting estirar las cosas que le sitúan en el centro del foco de atención, esta mañana he rescatado una vieja entrada que escribí después del G.P. de China de 2009, toda vez que los días posteriores a su celebración, quien más y quien menos puso el grito en el cielo porque nadie comprendía cómo habiendo neumáticos para lluvia extrema y siendo los pilotos unos tipos nominalmente bastante curtidos en eso de bregar con situaciones complicadas, hiciera falta lanzar la carrera con el Safety Car delante, o pararla si diluviaba, como acostumbra a suceder en Malasia año tras año.

lunes, 19 de marzo de 2012

El bombo de Bern


Mientras al comienzo de esta tarde tomaba un cafecito que me hacía falta, me ha dado por pensar en que soy un tipo afortunado que sigue curtiendo su optimismo superando pruebas de fuego como defender a Ferrari cuando a la italiana no la ve este año en la pomada, ni la madre que la parió, salvo la guardia pretoriana de la que formo parte con algo más que orgullo —¡ta-chán!—, porque pienso que para tirar la toalla siempre habrá tiempo cuando nos hayan partido realmente la cara y no en el primer asalto.

Total, tampoco hay tanta épica en esto que hago, si acaso, algo de aquello que hacía sabio al diablo más por viejo que por diablo.

sábado, 9 de octubre de 2010

Sous la pluie


Sigo con Frank Sinatra sonando por los auriculares de mi IPod, vamos, que me he vuelto a poner Pass me by, entre otras cosas porque aunque no entiendo su letra, oírla me recuerda a un Gary Grant contraprogramado y a una etapa de mi vida de la que ayer os contaba alguna cosilla que otra.

El caso es que no tenía pensado escribir esta noche a pesar de que prometí volver.

lunes, 28 de junio de 2010

¡El pobre no puede!


Creo que es en la novela 13,99 Euros, donde su autor, Frédéric Beigbeder, hace una curiosa reflexión sobre el absurdo mundo en que vivimos, al afirmar que cualquier intento de cambiar su rumbo resultará infructuoso porque no hay nadie a quien reclamar ya que nos movemos en modo automático.

Escuchando a Joaquín Verdegay en El Larguero, uno entiende lo que quería decir el francés en su libro, porque la pequeña intervención de nuestro comisario de la FIA no tiene desperdicio, ya que viene a decir que Charlie Whiting es un esforzado trabajador que sencillamente no dio abasto ante una situación como la suscitada ayer cuando el RB6 de Mark Webber despegaba del suelo para estrellarse sobre el asfalto unas decenas de metros más adelante.

lunes, 24 de mayo de 2010

Con artículo y todo


En general, el uso que se hace del Safety Car me trae por la calle de la amargura, y no me refiero a las circunstancias que pueden aconsejar su presencia una vez los monoplazas discurren sobre los circuitos, sino a las que lo imponen bajo criterios cuando menos idiotas por aquello de cumplir con los contratos televisivos y los que tienen suscritos con la de Stuttgart.

Lo sabéis de sobra porque lo he comentado unas cuantas veces (cuando hay lluvia de por medio, para ser exactos), pero que el inicio de una carrera no pueda suspenderse o retrasarse porque a la hora tal hay que comenzar a emitir la señal, me parece una soberana tomadura de pelo, ya que convertir el esfuerzo del sábado en calificación en un trenecito de colores con el Mercedes de Maylander haciendo de locomotora, es cualquier cosa menos respetuoso para con los pilotos, los equipos, y por supuesto también con el público.

viernes, 30 de enero de 2009

El Safety Car


Por fin parece que alguien se ha tomado en serio mis quejas sobre la normativa vigente que atañe al Safety Car, y por lo leído, todo indica que en 2009 podremos disfrutar de una mesurada utilización de este trasto del demonio que tiene la virtud de descojonar cuanto de deportivo hay en este llamado deporte, por el módico precio de colocar un cachivache más en el ya saturado volante de nuestros chavales.

Sintetizando, a Charly Withing se le ha acabado el juguete, y me alegro. Y bien mirado, el cambio de derrotero estaba algo más que cantado, porque si estamos cambiando circuitos tradicionales por trazados urbanos hechos con tiralíneas, y además iluminados, lo suyo era acabar metiendo mano al coche que conduce Mayländer, porque como dije en su momento, al paso que íbamos, al vehículo de marras había que darle puntos por la importancia que había ido adquiriendo.

miércoles, 1 de octubre de 2008

La pole de Mayländer


La norma que regula la aparición del Safety Car es de las más impopulares de la F1. Por no gustar, no gusta ni a pilotos, ni a constructores, ni a aficionados.

El asunto, en sí mismo tiene mucho de arbitrario, pues como hemos podido ver estas dos temporadas que lleva vigente (creo), nadie sabe a ciencia cierta cuáles son los varemos o criterios que se utilizan para sacarlo a pista (en algunas carreras ha habido demasiados y en otras, aparentemente haciendo falta, ni siquiera ha aparecido); pero en lo que se logra total consenso es en que convierte las carreras en una lotería, lo que sin querer vuelve a redundar en lo de arbitrario, pues en más de una ocasión se ha percibido que su uso o ausencia podía redundar en beneficio de un piloto concreto (¡Ay, Charlie, Charlie!).