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viernes, 15 de marzo de 2024

Ser o no ser [Gabriel Pandolfo]


Estamos ante un libro entretenido, amplio (más de 300 páginas), bien armado y de lectura agradable a pesar de los abundantes giros australes que utiliza el autor en su literatura, pero también ante un obra bastante tramposa, ya que, de su título Ser o no ser: Biografía deportiva, sentimental y política de Carlos Alberto Reutemann (Editorial Sudamericana, 2012), sobran la parte deportiva y sentimental por estar claramente supeditadas a cuestionar la figura pública del ex Gobernador de Santa Fe y, hasta su fallecimiento en 2021, Senador por la misma provincia en la Cámara Alta argentina.

En honor a la verdad, considero que «estamos» ante una decisión editorial para aumentar ventas, en la que debemos señalar también la elección de la portada, ya que Gabriel Pandolfo tarda apenas nada en mostrar sus cartas y verdaderas intenciones. Otra cosa es que haya quien traga el anzuelo con sedal y todo, y acaba pensando que la biografía en cuestión trata de un piloto que llegó a desenvolverse con éxito en la política, en vez de sobre un político que tuvo un pasado automovilístico, que, por cierto, hizo las delicias de quienes tuvimos oportunidad de disfrutarlo.

miércoles, 25 de octubre de 2023

Algo en el aire


Volver al Hermanos Rodríguez es como retornar a casa por Navidad después de dos Guerras Mundiales y varios conflictos bélicos a las espaldas. Circula una alegría contagiosa a cuenta del Gran Premio de Ciudad de México que se pega a la piel y no la sacas ni frotando con esparto, tanto es así que me estoy pensando en emitir carta a la amiga de Claudio Conti que vive en Noruega por comprobar si en Oslo también sucede lo mismo que en Gorliz.

Confieso que (yo) vivía mejor cuando a Pérez lo defendíamos cuatro gatos y ciertos chamaquitos se reían de los subcampeonatos de Alonso...

domingo, 9 de abril de 2023

Estaturas humanas


Debería ser considerado crimen de lesa majestad comparar a Carlos Alberto Reutemann con Felipe Massa, pero puesto que se está cometiendo estos días con nocturnidad, alevosía, dolo e ignorancia manifiesta, permitidme que reflexione un poco, aquí, echando el ratito en Nürbu.

Independientemente de lo que considere Cora Reutemann [«La famiglia»] y los numerosos aficionados que reclaman la reparación al argentino, considero que el Lole se habría sentido plenamente satisfecho y reparado conociendo la confesión que hizo Bernie Ecclestone a Manish Pandey en «Lucky!», ya que era piloto de batir a sus rivales en pista con la finura y velocidad que lo caracterizó siempre. Humanamente hablando, Carlos Alberto jamás habría aceptado que Nelson Piquet hubiese sido desposeído de su primer título tras saberse que fue amañado, simplemente porque era un caballero que conocía perfectamente a qué juego jugaba y cómo se las gastaban en el paddock a finales de los setenta y comienzos de los ochenta del siglo pasado [Reutemann (B. Passarelli y A. Di Giacomo)].

jueves, 16 de febrero de 2023

«La famiglia»

En una de esas encuestas chorras que te encuentras en Twitter voté «no» a que le quitaran su primer Título Mundial a Nelson Piquet para dárselo a Carlos Alberto Reutemann, y no por lo que alguno puede imaginar, más bien porque al gaucho fino lo prefiero tal y como lo he conocido siempre, más ahora que el bocachancla de Bernie ha admitido que robaron al santafeíno la corona que merecía en 1981.

Cora Reutemann ni está loca ni es una histérica que pide imposibles, es una mujer que ha compartido toda su existencia la tristeza que almacenó su padre en vida, y ha visto la oportunidad de resarcirlo en la memoria colectiva como el segundo Campeón Mundial de F1 argentino.

jueves, 23 de diciembre de 2021

La miel en los labios


Como recordaba Edgardo en la entrevista que me dedicó Cars a la Carta la semana pasada, a poco que la temporada 1981 hubiese durado una prueba más, a la última cita habrían llegado cinco candidatos con posibilidades de coronarse Campeón del Mundo: Nelson Piquet, Carlos Alberto Reutemann, Alan Jones, Jacques Laffite y Alain Prost, todos ellos dentro del abanico de puntos que se conseguía en cada carrera...

El Lole perdió sus oportunidades en Las Vegas, allí mismo. Frank Williams abrió la mano con Jones aún sabiendo que la victoria del australiano no aseguraba nada, y la cerró sobre el argentino, que venía líder de la tabla desde Italia. Escribieron que al jefe británico le interesaba más el Mundial de Marcas. El caso es que, con aquel azar, Reutemann entró de lleno en la leyenda a cambio de ceder el título a Nelson Piquet, quien cruzaba la meta en quinta posición en el aparcamiento del casino Caesars Palace...

miércoles, 7 de julio de 2021

Lloran las cortaderas, Lole

No tengo cuerpo para esperar el inevitable desfile de llantos y memorias en las capillitas correspondientes. Prefiero despedirme aquí y así de uno de esos gigantes que marcaron mi vida como aficionado a este deporte, con su corazón todavía palpitante, cuando aún podría escucharme si ello fuese posible...

Aún no se ha ido Gaucho Reutemann, el Lole. Se irá como nos acabaremos yendo todos, sí, pero esta vez llevándose consigo el recuerdo de una etapa intensa de la Fórmula 1 en la que, efectivamente sólo cabían los mejores y en la cual el argentino destacó por su calidad, velocidad, finura y limpieza al volante, y donde era posible ser un gentleman sin haber nacido en Inglaterra. 

miércoles, 7 de octubre de 2020

Reutemann [B. Passarelli y A. Di Giacomo]


He escrito suficiente en Nürbu sobre Carlos Alberto Reutemann como para que no sorprenda que diga, nuevamente, que el santafesino es uno de mis pilotos más queridos, sentimiento que, gracias a Dios, no me es exclusivo, como viene a demostrar el libro que os traigo hoy: Reutemann, Rey sin corona en la Fórmula 1 (Alarco Ediciones; Buenos Aires, 2009), obra que supone un mano a mano reflexivo sobre el astro argentino, resuelto entre los periodistas Bruno Antonio Passarelli y Alejandro di Giacomo, con prólogo del gran Pino Allievi.

El volumen rebosa datos y resulta muy entretenido de leer, vaya por delante. Ahora bien, como se advierte en la presentación, lejos de suponer una hagiografía al uso del ídolo austral, la pretensión de los autores es (era) ofrecer una perspectiva lo más amplia posible de la figura del Gaucho, un hombre que por temperamento, confianza en sí mismo y calidad al volante, marcó la Fórmula 1 desde que aterrizó en ella en el Gran Premio de Argentina de 1972 sobre un Brabham BT34, concluyendo la prueba en séptima posición. 

viernes, 17 de julio de 2020

¡A tu salud, Lole! [07-07-2020]


Hay pilotos que dejan huella y Reutemann es uno de ellos, al menos para los de mi generación, porque para otras, el Lole es simplemente el argentino que desobedeció a Frank Williams y se ganó lo que había buscado... Ésta, que escribía hace nada para MomentoGP, es una versión de lo ocurrido antes de su partida definitiva. Hay más, obviamente, pero es que aquella gente daba para mucho, para tanto que la mayoría ha quedado grabada en nuestra memoria de manera indeleble.


El hoy senador por la provincia de Santa Fé, Carlos Alberto Reutemann, fue en su día uno de los pilotos más bellos de contemplar. Sobrio en sus relaciones personales y profesionales pero fino y limpio en lo deportivo, sobre la pista resultaba extremadamente inteligente y rápido tanto en piso seco como mojado, razón por la cual tuvo infinidad de seguidores mientras estuvo en activo, incluso entre la siempre especial afición británica, que torció el gesto cuando el santafesino firmó con Ferrari para sustituir a Niki Lauda en 1976 pero lo recibió con los brazos abiertos, aunque en silencio, tras su fichaje por Colin Chapman para cubrir el hueco dejado por Ronnie Peterson al fallecer debido a las heridas sufridas en su accidente durante el Gran Premio de Italia de 1978.

jueves, 21 de noviembre de 2019

Progresía y héroes anónimos


Carlos Alberto Reutemann destacó en Brabham por su temperatura, finura y velocidad. Enzo Ferrari lo llamó a Ferrari a poner las pilas a Niki Lauda y, también, por parar un poco los pies a Clay Regazzoni, que el suizo andaba muy ocurrente y creativo bajo las sábanas. De allí el argentino escaló a Lotus y poco después a Williams, pena que en la de Didcot (entonces), Lole casi encuentra su tumba profesional porque Sir Frank estaba más interesado en los petrodólares de sus amigos saudíes y en mostrar que la tenía más grande, que en la calidad de uno de los pilotos más bellos y eficaces en pista que hemos disfrutado.

En fin, en 1980 ganó Alan Jones el Mundial porque andaba por allí nuestro protagonista, pero en 1981 quedó por detrás del de Santa Fe y a día de hoy es un piloto que atesora el triste récord de no tener ni un miserable fan entre la abundante fauna de aficionados que me rodea, y mira que tengo amigos raros...

domingo, 5 de agosto de 2018

Operación Triunfo


Francamente: hay que quererlos...

Sí, hay que querer a toda esta gente que niega que nuestros héroes modernos sean de plastilina, o estén hechos de piezas de Lego cuidadosamente escogidas, porque supuestamente antes todo era igual que ahora. Tan igual que hace unas décadas tenías una etapa de dominio técnico cada cierto tiempo, prudencialmente espaciado, y hoy no sabemos cómo quitárnoslas de encima porque apestan y amenazan con acabar estropeando el negocio... ¡Vamos, no jodas!

viernes, 14 de febrero de 2014

By Martini


Por cosas que sigo sin entender del todo, cuando bebo un vermut Martini rosso seco y frío, en mi cabeza suena la canción A Man Called Adam en su versión Yachts (Coco Steel & Love Bomb) que fue utilizada en un anuncio publicitario de Freixenet Cordón Negro hace ya unos años, y que no os sorprenda a vosotros, porque hasta donde alcanzo, me consta que no soy el único al que le pasa.

Desconociendo si el esfuerzo que hizo Freixenet con su cava tuvo como consecuencia un aumento de ventas de Martini Rossi‬, que muy bien podría ser pues este tipo de solapamiento de identidad supone un riesgo en publicidad y los creativos ponen mucho celo en evitarlo, ahora que la firma ‪italiana parece que ha venido a patrocinar a Williams en 2014, tal vez sea momento de mencionar también, que cuando bebo vermut y en mi cabeza suena Yachts, mi memoria se recrea en el mundo del motor de aquellos primeros años de los 70 del siglo pasado, concretamente en el descomunal y bello Porsche 917K y en el delicado y hermoso BT44 de Brabham, vehículos que se distinguieron sobre los circuitos precisamente, bajo la vitola de Martini Racing.