Sólo a mí se me ocurre ausentarme precisamente cuando más noticias florecen. En fin, la última, o la penúltima, no lo sé, la verdad, ha venido de la mano de una Hispania que quiere vender caro su pellejo, y que si el año pasado no me hizo demasiado tilín por aquello de que entraba en la F1 a través del embudo de Mosley (no admite comparaciones con el de Newey, así que por favor no las hagamos), superada la reválida de una temporada iniciática ciertamente difícil, y con el
plus que supone estar actualmente en el punto de mira de Mr. Ecclestone, no me queda otra que arrimar mi hombro a su sombra adolescente para aguantar con los de Carabante lo que nos echen, que a buen seguro va a ser mucho.
Pero hoy no toca hablar del HRT de 2011 ya que espero tener tiempo para ello más adelante, aunque su evocación me viene que ni pintada para enfocar este mi retorno, porque de momento el F111 es un modelo tridimensional, virtual que diría aquél, un boceto de lo que veremos pronto correr sobre el asfalto, y al albur de las novedades que ya estamos viendo se puede afirmar con bastante rotundidad que la presentación del coche español sigue estando en sintonía con el espíritu de la F1, con lo que llevamos años comiendo o bebiendo, consumiendo, como diría el aludido, a cuenta de nuestro amado deporte, donde nada es lo que parece.