Ferrari parece tener fijada la estrategia para que sus pilotos luchen por el cuarto puesto del Mundial, y después de suicidarse una vez más en pista y que Sebastian haya vuelto a hacerlo —ayer no lo mencioné, pero fuera de nuestras fronteras parece que también le llaman «Spinvettel»—, a Lewis sólo le quedaba lanzar sus trencitas al aire y demostrar por qué es el mejor piloto de nuestra actual parrilla.
El británico no tiene la mata de pelo de Antonio Giovinazzi pero no deja escapar oportunidades así como así, y ante una carrera que va a estar marcada por la reglamentaria única parada y por el declive de temperatura del asfalto, ha preferido resolver las cosas en clasificación, a lo grande.