¿Por qué creéis que Erwin Schrödinger eligió un gato en vez del sobado ejemplo del vaso...?
¿Por qué creéis que Erwin Schrödinger eligió un gato en vez del sobado ejemplo del vaso...?
Como resulta fácil comprobar sin salir de este hilo dedicado a reseñar libros que forman mi biblioteca de motor, soy muy poco dado a consumir productos autocomplacientes y menos aún de pilotos actuales. El aire hagiográfico de estas últimas siempre me ha tirado para atrás. Quien más, quien menos, plasma en algún momento su necesidad pasada o presente de hacer las paces con el paddock que lo amamantó o lo amamantará, y lo siento mucho, llevo mal que tipos que acostumbraban a jugarse la vida a 300 por hora acaben pasando por el aro en el momento de echar cuentas.
El volumen de hoy siempre me supuso harina de otro costal, e intuí desde el primer instante que la biografía autorizada de Kimi iba a manifestar un aire distinto, y The Unknown Kimi Raikkonen (Simon & Schuster, 2018) no ha defraudado mis expectativas ni tanto así.
Andabais listos si pensabais que me iba a olvidar de vosotros...
En unas horas celebramos la Nochebuena y he recibido tres presentes: el futuro me ha regalado una preciosa postal con fondo verde, el pasado me ha recordado lo mucho que quise a mi padre, y el hoy ha puesto en mis manos un libro que leeré como si me lo hubiese indicado mi musa de cuando Bellas Artes.
No quería desaprovechar la oportunidad de agradeceros personalmente lo mucho que me habéis dado.
Bien mirado, tampoco ha transcurrido tanto tiempo desde que Patrick Allen, director en 2015 del circuito de Silverstone, dedicara a nuestro deporte estas bonitas palabras: «Los aficionados quieren ver a los gladiadores compitiendo y peleando en una justa pelea. Nadie quiere escuchar que digan a los pilotos "levanta", "aparta" o "no vamos a atrapar al tipo que va adelante, confórmarte con el segundo". ¿Cuánto tiempo pasará antes de que el director técnico esté en el escalón más alto, no el conductor?» [Silverstone Boss has gone on a huge rant about ‘Shit’ Formula One].
Desgraciadamente los augurios del bueno de Allen se han concretado siete años después, y la silly season de 2022/23 se nos ha llenado de Directores Deportivos que van de aquí para allá, jugando al juego de las sillas de Golden, que no estaría mal, entendedme, si no fuera porque el sistema resulta tan cerrado y endogámico que da una pereza tremenda seguir las evoluciones de los candidatos.
No nos vengamos arriba, yo también tengo que acostumbrarme a no contarle a Nürbu todo lo que se me pasa por la cabeza a diario...
En fin, viendo el percal periodístico que nos amarga la vida ahí fuera, no sé ni cómo se os ocurre creer que el que trabaja apasionadamente para nuestro deporte es diferente al que nutre un plató del Sálvame o interviene en tertulias plurales como las que montan García Ferreras o la Quintana, por citar tres ejemplos reconocibles en nuestro país.