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domingo, 15 de octubre de 2023

Y el golpe de calor


Venga, empezamos haciendo una confesión: sí, desde el miércoles, dos sexagenarios con excesivo sentido del humor hemos batido Twitter buscando perlas como buceadoras japonesas, y, en concreto, he invertido las primeras horas de hoy tratando de localizar dónde había surgido la espiral que ha llevado a la chavalería a mostrar sus hebras poniéndose a comparar NASCAR, IndyCar y Fórmula 1 como si no hubiera mañana.

A ojo de buen cubero, siempre dentro de mis limitadas posibilidades y aceptando que el runrún venía de antes, apuntaría al tuit que publicó Josef Newgarden la mañana del lunes interesándose por la temperatura dentro de los habitáculos F1 en Losail —algunos datos del hilo serán utilizados por diferentes fieras—. A partir de ahí la red del pajarito en coma hizo su magia y se alcanzaban cotas inenarrables en multitud de debates centrados ya en discernir qué pilotos son más viriles y qué disciplina es más dura. Para el martes ya disponíamos de valoraciones, sentencias, resultados de las comparativas y muchas recomendaciones que se propagaban como chispas que lleva el viento, ya sabéis...

lunes, 31 de octubre de 2022

El bucle melancólico

A ciertas edades conviene permanecer alerta con tal de no dejar pasar esos milagros que la vida todavía guarda para ti...

Ayer sucedió uno en el previo a la retransmisión del Gran Premio de Ciudad de México. Martin Brundle se disponía a conducir el BRM P153 que permitió a Pedro Rodríguez alzarse con la victoria en el Gran Premio de Bélgica de 1970, y en cuanto la tonalidad bistre dominó la pantalla supe que ¡iban a hacerlo! porque los ingleses manejan la nostalgia como los malabaristas sus platos chinos.

jueves, 28 de octubre de 2021

Si cantase ópera

Una diosa de ébano se paseaba por el paddock del COTA y el clasismo de gurúes y gente prime de nuestro deporte brotaba por sus poros como la lava del nuevo volcán de Cumbre Vieja, en La Palma.

El catálogo de chorradas que han dedicado a Megan Thee Stallion y sus modos en tierra sagrada, y los de sus guardaespaldas, que no se nos olvide, daría para que todos nos fuésemos a la cueva y no saliéramos de allí en un par de décadas, y todo porque ella no es el tipo de VIP que nos representa, ¡cachis!

viernes, 1 de mayo de 2020

Ten thousand men of Harvard


Me van a disculpar ustedes que llame idiotas a Martin Brundle y los mentecatos que han comprado la bobada del ahora comentarista de Sky Sports, excusando al de Heppenheim en 2014 en base a que se arruinó ante Daniel Ricciardo con tal de abrirse paso a Ferrari [Sebastian Vettel se dejó ganar por Daniel Ricciardo en 2014, cree Martin Brundle].

Hamilton no se dejó ganar por Jenson Button en 2011 ni mucho menos en 2016 por Nico Rosberg, y aquí mismo está el pecado y la penitencia de estos representantes del paganfateo especialista al que replican nuestro gurúes de sobremesa con gin-tonic en la mano. 

martes, 26 de junio de 2018

No ha venido Stefan


El bueno de Martin Brundle tiene que recordar perfectamente su última carrera en el Österreichring. Pilotaba para Zakspeed en 1987, y los dos puntos conseguidos en el Gran Premio de San Marino iban a ser el único saldo de aquella temporada, y para más bemoles, el único botín que conseguiría la de Erich Zakowski en toda su andadura en Fórmula 1.

Quedaba lejos el Gran Premio de los USA (Este), donde el británico sufrió un brutal accidente en entrenamientos que le destrozó los tobillos —¡aquellos coches, en los que las piernas del piloto formaban parte, todavía, del mamparo anterior...!—. Luego fue un dejarse enredar porque lo que le gustaba era correr, y el año que estamos tocando. Y después enredo tras enredo. 1990, cuando gana las 24 Horas de Le Mans a bordo de un Jaguar, y seis años después decide dejarlo...

martes, 10 de abril de 2018

¡Oh, qué lástima!


Os tengo dicho que, a lo peor, el supuesto nivelazo informativo que se gastan los especialistas deportivos de allende nuestras fronteras, ni es tan distinto ni por supuesto mejor que el que gastamos dentro. Estos días, por ejemplo, estamos visualizando de nuevo cómo juega al frontón la prensa británica y cómo crea sus noticiones y de qué pelaje los viste. 

Si antes ya era simple el mecanismo que utilizaban: suelto cosita que se me ocurre que recoge y publica un colega no avisado de otro país y yo la pillo a la vuelta con enlace y todo, y of course!, bien vestida de veracidad para poco espabilados; ahora resulta que tenemos tanto imbécil por centímetro cuadrado que los poco espabilados también escriben en diarios y portales, acarreando con ello que la rutina se haya vuelto pelín más simple y a la vez más perversa, ya que a los british les basta con escarbar en el lodo español para dar carta de naturaleza a sus chorradas y casi sin despeinarse.