Vivimos los rigores de la seriedad que parecemos la sociedad victoriana. No hay día que en nuestro entorno no surja un susto, una rasgadura, una mella en la pared que no puede ser arreglada ni con aguaplast; y así nos va, que por haber ido dejando en la cuneta nuestras esencias hemos olvidado incluso el noble arte de poner motes a los pilotos porque resulta irrespetuoso ya que se juegan la vida a 300 kilómetros por hora para nuestro goce y disfrute y tal...
«Britney's in the wall!» fue el curioso mensaje por radio que emitió Nico Rosberg a su ingeniero de muro. Corría 2006, era el Gran Premio de Brasil. Mark Webber, compañero entonces del alemán en la de Grove, había tenido la ocurrencia de cambiar la fotografía de pasaporte de Nico por una de la rubia Britney Spears. La cosa cuajó, todo el mundo empezó a referirse a él como Britney y el aludido usó su mote cuando se llevó puesto al aussie y ambos terminaron la carrera antes de tiempo.
«Britney's in the wall!» fue el curioso mensaje por radio que emitió Nico Rosberg a su ingeniero de muro. Corría 2006, era el Gran Premio de Brasil. Mark Webber, compañero entonces del alemán en la de Grove, había tenido la ocurrencia de cambiar la fotografía de pasaporte de Nico por una de la rubia Britney Spears. La cosa cuajó, todo el mundo empezó a referirse a él como Britney y el aludido usó su mote cuando se llevó puesto al aussie y ambos terminaron la carrera antes de tiempo.