Mala papeleta tiene que jugar Toto cuando, a falta de rival creíble, anda en la obligación de buscarse monstruos en el armario, debajo de la cama, en las esquinas, con tal de mantener vivo un campeonato que moría definitivamente en el pasado Gran Premio de Styria, cuando el austriaco no tuvo la gallardía de interpretar a Enzo Ferrari en Imola 1982.
Vivo entre cuñadas y en condiciones de fuego real, sé de qué palo va esto. Mi miedo era mi suegra pero (yo) sabía que el tiempo estaba de mi parte. A Wolff, en cambio, el tiempo le viene en contra. Por avatares del coronavirus lo que debía valer para 2020 se prolongará hasta finales de 2021 y no sé si la capacidad del manús de Brackley dará para tanto fantasma como resultará necesario para mantener el tipo.