Las pruebas de Abu Dhabi ha supuesto un bonito reencuentro con la legendaria capacidad de los ingenieros aerodinámicos para convertir en una ventaja cualquier escollo que pillan en el camino. El Halo sigue siendo rematadamente feo y me va a costar asimilarlo, pero no se puede negar que la fase previa de su adaptación a los vehículos daría para una larga serie de entradas.
He hablado poco de él y siempre que lo he hecho me he referido a su imposición como elemento de seguridad, donde le sigo viendo las mismas lagunas de siempre [Halo y redundancia], otra cosa es que todos sabíamos que terminaría por acabar resultando útil.