Los anocheceres de los viernes son complicadillos en Mos Eisley. Uno no es como Paco Marhuenda —que sale en seiscientosmil programas, en televisión o radio, a diferentes horas, y aún le da para dirigir La Razón—, y en momentos como éste, claro, está más para allá que para acá de puro intentar llegar a todos los sitios durante la semana, que no puede, evidentemente.
Además de por esto, los viernes noche son jodidos per se. En los manuales de supervivencia en redes sociales que no he leído ni leeré jamás, me consta que se recomienda evitar las caídas de tráfico, es decir, que como todo el mundo, o casi todo el mundo, por ser más concretos, dedica estas horas a tomarse un respiro, por ejemplo, un bloguero de estirpe como el menda, debería centrarse en menesteres diferentes a escribir porque no lo va a leer ni la madre que parió a Peneque.