jueves, 28 de noviembre de 2019

¿Cuándo perdimos la guerra?


No veáis maldades donde no las hay. A cualquiera de nosotros se nos quedaría el mismo careto que a Sebastian si tuviésemos la oportunidad de trastear un rato sobre un cacharrillo como el Renault Voiturette de 1898 de la imagen de arriba. 1'75 cv. lo impulsaban...

En fin, a lo que vamos. Hace ya muchos años, Mike Gascoyne nos aclaraba que la aerodinámica resultaba fundamental en la Fórmula 1 porque reducía considerablemente los costos y los tempos en desarrollo, y venía a decir que un buen trabajo en el túnel de viento permitía obtener más rendimiento que años de investigación sobre motores.

La ventaja saltaba a la vista y este escenario ha sido explotado hasta la saciedad por los equipos hasta la llegada de las unidades de potencia en 2014. Los V8 anteriores a esta etapa mostraban diferencias de entrega de potencia, etcétera, pero una buena labor aerodinámica las mitigaba o incluso hacía virtud de la flaqueza, como es el caso de Renault, cuyo propulsor no era el más potente pero en conjunción con el maestro Adrian Newey dio para cuatro títulos de marcas consecutivos.

Bueno, como es de sobra conocido, en 2014 se acaba todo esto. Los híbridos son caros de cojones y su evolución es cualquier cosa menos rápida, eso sí, salvo que lo tengas todo claro desde 2007 y se lo impongas deportivamente al resto de los fabricantes a fecha tasada, ¡ejem, ejem, ejem!

Vale, no me meto en jardines. Y es que sí, soy consciente de que hay expertos, expertillos, juntaletras y creadores de contenidos varios, que siguen viendo en la aerodinámica cosas que en sentido estricto no están allí, y que en arriesgados saltos mortales hacia atrás con doble barrena, incluso juran por su madre que el diseño de los coches de Brackley son excelentes porque sí, como cantaba Calle 13.

Lo que tiene Mercedes AMG es una comodidad acojonante. Ha conseguido muchísimo antes que nadie la necesaria fiabilidad y mientras los demás lidian con sus respectivos problemas, muchas veces desde diferentes frentes, la alemana afincada en Gran Bretaña avanza, avanza y avanza, y claro está: pasa por encima de todos como si fuese una apisonadora, al paso de la oca.

Liberty aludía hace poquito (en el anuncio de la propuesta para 2021) a que el reglamento estrenado este año no había servido de nada, y eso que le daba fuerte al tema aerodinámico. Por ende, la normativa 2017 tampoco ha servido de gran cosa porque la de 2019 venía a mejorarla y si el asunto sigue malito, pues ustedes me dirán. Para colmo de males, ya se alzan voces en el seno del paddock que apuntan a que en 2021 todo va a resultar muy miliar a lo que estamos viviendo en la actualidad...

Aerodinámica... Desde 2017 seguimos incidiendo en la aerodinámica cuando nuestro problema real se llama unidades de potencia y nadie ha querido arreglarlo de verdad ya que los fabricantes impideron que entrase sangre nueva en la parrilla. También soy consciente de que hay quien lo justifica argumentando que hay que amortizar el esfuerzo, pero el caso es que no lo amortizan los que se equivocaron y nos han llevado a una de las etapas más previsibles de la Fórmula 1, sino que lo amortizaremos nosotros, los aficionados, aguantando lo que nos echen aunque hayamos perdido la guerra.

Os leo.

1 comentario:

ivano dijo...

Hasta en nuestro deporte hay lucha de clases...