sábado, 16 de noviembre de 2019

Daros una oportunidad


Tardaré todavía unos días en poder ver Le Mans 66 y ando como huyendo de zombies intentando evitar toda esa información imprescindible para ver la película y no perderse una coma.

El caso es que la cinta no es un documental sino una aproximación cinematográfica a unos hechos que sucedieron hace ya 53 años —medio siglo, que se dice pronto—,  y me apetece verla por eso mismo: por ver si me traslada al ambiente de aquella década, por ver si Damon y Bale dan el tipo en sus respectivas interpretaciones, por ver qué tal están la banda sonora y la fotografía, qué tipo de planos dominantes ha escogido Mangold para plasmar el universo de las carreras a mediados de los sesenta del siglo pasado...

Esas cosas. Más que el verismo me interesa el cine, y llamadme lo que queráis pero eso es lo que le pido a toda película: que me convenza y entretenga, verse sobre coches o sobre naves espaciales.

Mi recomendación es que os déis una puta oportunidad y os metáis en la sala sólo con la intención de ver una historia por descubrir si os atrapa. Con Un puente lejano o Salvar al soldado Ryan no hacía falta disponer de un máster en la operación Market Garden de los aliados. Le Mans, nuestra Le Mans de toda la vida, la de Steve McQueen, no cuenta hechos reales. Dejad de agobiaros por si os perdéis información imprescindible, todo lo necesario está en el metraje de Le Mans 66. Luego, si eso, ampliáis horizontes y profundizáis en la batalla entre Ford y Ferrari.

Os leo.

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