martes, 12 de noviembre de 2019

La noche americana


La noche americana era una técnica cinematográfica que está en desuso por cantosa. Hay centenares de cintas de vaqueros, de guerra, de espías, etcétera, que la han usado con mayor o menor fortuna durante décadas. Consistía en rodar de día con filtros adecuados y subexposición para dar la sensación de que la escena transcurría de noche (Day for night), pero dejó de ser útil.

El espectador, sorprendido inicialmente por la nitidez de las tomas, comenzó a darse cuenta de que le estaban dando gato por liebre y cazaba el ardid a la primera. La tecnología hizo el resto, llegaron los celuloides con mayor sensibilidad y François Truffaut nos dejó como regalo La Nuit Americaine para que no olvidásemos ni aquella época ni lo que nos permitió disfrutar.

Yo era muy de arte y ensayo en mis años mozos. En Santurce había un cine dedicado exclusivamente a las películas raras. Así se decía y así las llamábamos todos. Las pasaban en versión original con subtítulos y generalmente eran de matriz francesa, alemana o sueca, lo que en cierto modo me permitía sufragar el vicio diciendo en casa que iba a acostumbrar el oído ya que en el Colegio Santa María de Portugalete el idioma francés suponía uno de los pilares de la educación...

La historia terminó pronto, para mí, obviamente.

Franco moría en 1975 y al cine de arte y ensayo le quedaban dos telediarios porque el aperturismo de aquellos años nos llevó al destape y a que las distribuidoras tradujeran todo para llegar a un público más amplio. Creo que fue Easy Rider mi última película con subtítulos de los de antes, una ceremonia que no tiene que ver con los subtítulos de la actualidad, que son una opción, no una necesidad, y en el caso que nos ocupa en pretérito, venían a ser como un amigo que te susurraba la verdad vedada a los que preferían no ser raros, en la intimidad de una platea a oscuras en cuya superficie cabían seis salas de las de ahora.

En casa hemos sido siempre muy de cine. Amama acostumbró pronto a su nieto, mi hijo Josu, a disfrutar de las tardes viendo películas donde siempre hay que verlas...

Pero a lo que vamos, para cuando arribé a la universidad ya llevaba grabados a fuego en la frente los nombres de Renoir, Tati, Bresson, Bergman, el propio Truffaut, Lang, Lubitsch, cuando todo era tan raro que en un pueblo tan pequeño como Santurce ni te preguntaba la edad el acomodador si eras lo suficientemente avispado como para ponerte a cola de cualquiera de los pocos locos adultos que se atrevían con aquello, mucho menos si él era amigo de la familia y consideraba adecuado hacer la vista gorda, que a veces era que no.

En fin, me estoy yendo de largo y no lo pretendo. Desde que Pirelli llegó a la Fórmula 1 en 2011, sustituyendo a una Bridgestone que no estaba por la labor de seguir riéndole las gracias al creador de la figura del proveedor único, Bernie, creo que me he mostrado indulgente con la milanesa en tan pocas ocasiones que se pueden contar con los dedos de una mano.

Al hilo, reconozco que me hace gracia que haya quien me acuse de condescendiente (a veces) cuando, de no haber existido Nürbu, seguramente no habrían trascendido sus mil y una artimañas para beneficiar a los equipos poderosos, actitud que quedó plasmada negro sobre blanco cuando Paul Hembery, en 2013, avisó de la que se venía encima: «Es un poco extraño, a menos que todos queráis que demos neumáticos a Red Bull para ayudar a ganar el campeonato, lo que parece ser el caso» [¿Queréis que demos neumáticos a Red Bull para ganar el campeonato?].

El Pirelligate es de aquel año [El escándalo del Pirelligate ensombrece el buen momento de Rosberg], y también los peligrosos sucesos habidos en el Gran Premio de Gran Bretaña [Explosión de incertidumbres. GP Gran Bretaña 2013]. Ganó Red Bull aquella temporada y Sebastian Vettel concretaba su cuarto Mundial consecutivo...

No me extiendo, bastante he hablado de mi adolescencia, pero a Pirelli han comenzado a pararle los pies. Su propuesta para 2020 debe ser tan mala que la peña del paddock prefiere seguir con la de esta sesión, la misma gama que llevó a Guenther Steiner a afirmar que no hay Dios que entienda las gomas y que es un desastre que esta coyuntura, en cierta medida menor, se lleve por delante un proyecto millonario. La noche americana, que ya no convence, o quizás sea que el mamoneo hace tiempo que ha dejado de ser tendencia. Vosotros mismos.

Os leo.

3 comentarios:

delabotaempinar dijo...

Por desgracia la F1 vende humo y exposición de productos, servicios, que son como la F1 misma, en cuanto se les saca de su decorado y salen a la luz, se les ven las costuras. Pirelli tomó un tren que venía de empresas serias (Michelin, Bridgestone) para que los propietarios chinos que la compraron se centraran en gamas altas y con margen, ¿me suena eso a los Rolex para los septuagenarios?
Pero tomas una gama de turismo y se vende a precio de pata negra un producto que con suerte dura la tercera parte que una Michelin o una Bridgestone, eso sí, con buen rendimiento, pero como otras muchas cosas, pensadas para pasar por caja más a menudo, si no se llama obsolescencia programada se llama coste por kilómetro mucho más elevado, pero... así va.
Cualquier fabricante serio se lanza a retos que suponen un desafío tecnológico (Dakar/rallies con Michelin, eléctricos) o una proyección comercial más próxima a los turismos de calle (Cooper con el WorldRX, Yokohama en Japón, Bridgestone a través de Firestone en Estados Unidos...). Pero no sé hasta qué punto Liberty puede ir metiendo mano a ese circo, o quiere hacerlo sin que se note mucho que puede molestar al que pone la pasta en patrocinio.

Elín Fernández dijo...

Me decanto por lo último que dices. Si un día se llega a saber, no queda un solo patrocinador... serio. Esto es corrupto hasta la médula.

Fabian Prieto dijo...

Me llama muchísimo la atención el comentario de Hembery que sale en una de las notas que cita el autor porque dice "Sé que ha muchos les gustaría una parada en boxes donde el neumático no fuera factor y volver a las carreras en procesión donde la posición de clasisficación es la posición final de la carrera" Al final remata diciendo que si esto es lo que la cúpula quiere que hagan, que se los diga. Visto desde el 2019 es clara cuál fue la orden y para beneficiar a quien. Blanco es...