sábado, 23 de noviembre de 2019

Siempre en mi equipo


¿Sabéis aquello de que está feo quitar valor al rival, o que desmerecerlo va en contra de tu piloto favorito porque también le desmerece a él?, pues se nos está quedando en paja para rellenar muñecos o en gomaespuma para hacer puppets de esos que repiten frasecitas mágicas en cuanto tienen ocasión.

La cosa viene de lejos, es decir: no nos debería pillar de nuevas. Llevo escribiendo sobre este curioso fenómeno desde que alumbré Nürbu el 3 de agosto de 2007, y es que la prensa especialista británica tiene un arte especial, pero muy especial, para hacer anidar ideas infantiles pero molonas en los aficionados más cabezahuecas, que con el tiempo se convierten en tilos centenarios cuyas raíces son imposibles de arrancar. 

Fair play, respeto, deportividad, etcétera, son conceptos tan sencillos que cualquier ingenuo los adopta con facilidad, aunque en el fondo sean ardides que invitan a que siempre bajes la guardia y permitas al listillo de turno que te meta dos disparos por la espalda. ¡Ja, ja, ja, ja. Te lo creíste, forastero!

No voy a tirar de ejemplos de deportividad y respeto ofrecidos por la prensa más ecuánime del universo porque iba a ser un no parar. Baste recordar Hungría 2007 o Bélgica 2014 para comprender que cuando el juanete que se pisa es el de ellos, no muestran ningún reparo en comportarse como hooligans.

Y en estas estamos. Eddie Jordan ha ofrecido unas palabras para Gulf News y la traducción al español, en las diferentes versiones que he podido leer, delata cuán grande es el Síndrome de Estocolmo que afecta a nuestra tropa informativa, que es incapaz de ver que Jordan nos está diciendo que Lewis Hamilton es el mejor porque tiene un gran coche y no tiene rivales que le mojen la oreja, y que, en caso de encontrarlos, aguantaría poco porque su futuro goza de alicientes mucho más atractivos que andar defendiendo títulos, como la música o el pasar el rato con la familia (sic).

«Honestly, he doesn’t need to get much better. He just needs to continue because there is nobody really out there to challenge him. [...] As long as he is around, Lewis is not going to wait to be beaten by a whole load of people as he already has a lot of load of things he wants to achieve in his mind on his bucket list. Whether its rock and roll, whether its music or whether its being at home with the family in the UK or LA where he has been a record producer, Lewis is more than capable of doing and achieving all of this...» [Lewis Hamilton is already an F1 legend].

Really, Eddie? ¿Una leyenda del motorsport consiste en esto...?

Partiendo de la base de que razón no le falta, lo respetuoso y deportivo aquí habría pasado por admitir que el de Tewin tiene una flor en salva sea la parte desde 2014 y que el resto ha sido coser y cantar. Sin duda quedaría bastante menos legendario pero resultaría mucho más veraz. En todo caso, ambos son británicos y puesto que la oportunidad la han pintado calva, normal que poniéndose a orinar tan alto alguna gotita les haya mojado la cara, a ellos y a los mamporreros de aquí, que no falten, pues la Fórmula 1 es british sport y discutirlo es cosa de conspiranoicos. Oh, wait!

Os leo 

3 comentarios:

Lastra dijo...

Buah! Estos pérfidos son unos cínicos de cuidao, no hay que hacerles ni caso.

En serio comenzaste con Nürbu precisamente el 3 de agosto de 2007? Menuda puntería, a eso le llamo yo un comienzo on fire :)))

Salud, Maestro, que no falte.

Anónimo dijo...

2007 ¿?

ivano dijo...

"aquí habría pasado por admitir que el de Tewin tiene una flor en salva sea la parte desde 2014"

Jose, en serio, yo he aprendido a quererlo, pero la flor por donde amargan los pepinos la tiene desde el día en que se subió al monoplaza en Australia un lejano año 2007 ya. Y de ahí estos lodos.


Con Lewis me pasa algo raro. Es como que me pilla en transición, a veces me recuerda a héroes de antaño pero le sobran los algodones. Yo creo que echa de menos a Fernando, incluso a ese que todos desprecian llamándole Britney, porque al final, siempre necesitas alguien que te lleve al límite para sentirte realizado cuando estás compitiendo. Yo jugaba a basket en mis años mozos, prefería ganar por 2 puntos a equipos "superiores"(mimados de la Federación vizcaína) que ganar a unos pobres saltapatrás de 40, por mucho que me diviertiera porque podíamos hacer americanadas.