miércoles, 18 de marzo de 2020

¿Más allá de Le Mans '66? [I]


Considero que con esto de la película Le Mans '66 se ha perdido una bonita oportunidad para reflexionar sobre cómo el deporte no es sino una parte de la vida y, por tanto, se ve afectado por cuestiones que la prensa deportiva rara vez tiene en cuenta, y es por ello que me apetece echar el ratito hablando sobre lo que sí hubo detrás, ya que lo leído hasta el momento no hace sino reforzar la hazaña de Ford en detrimento de la siempre zarandeada Ferrari. Versión anglosajona, of course!

Contemplando que la de Detroit tardará tres años en materializar su éxito —invirtiendo un presupuesto jamás confesado que superaba con creces, con muchas creces, el dinero que ofreció Donald Frey por mandato de Henry Ford II en la primavera de 1963—, la historia real se parece más a la resistencia de la aldea de Astérix y Obélix frente a las tropas de Julio César, ya que Ford era un gigante del sector y Ferrari un fabricante pequeño que estaba en apuros.

Bueno, la novela oficial nos cuenta que la noreamericana carecía de línea de deportivos para enfrentar el mercado, y puesto que la italiana sí los tenía, lo normal es que la primera pretendiese comprar la segunda. Pero llega el orgulloso Enzo Ferrari y estropea los planes porque con los italianos nunca se puede y tal. Además, Maranello ha tenido muchas ventajas del Estado Italiano después de la contienda y esto puntúa siempre en negativo...

Sí, estamos hablando de proteccionismo, y si es cierto que Italia ha protegido su industria después del término del conflicto armado, no es menos verdad que Ford se ha visto muy bien pagada por sus esfuerzos de guerra tanto en el interior de los USA como en Europa a través del Plan Marshall (ERP, European Recovery Program), con especial énfasis en Alemania, donde ya tenía línea de producción de automóviles (Belín y luego Colonia) antes de que llegara Hitler al poder. 

Esto está mejor: Ford Motor Company está en plena expansión en el viejo continente...

En 1961 la norteamericana habrá absorbido su filial británica, se establecerá en Bélgica en 1964, y en 1967 fusionará todas sus divisiones europeas bajo el pabellón Ford Europe, pero no adelantemos acontecimientos, porque como estamos viendo, falta Italia en esta ecuación, y a partir de estos mimbres es posible entender que Ford no quisiera sólo comprar Ferrari sino introducirse por una puerta falsa en el mercado italiano para competir sobre el terreno con Alfa Romeo y FIAT, razón que explicaría lo abultado del montante puesto sobre la mesa para la adquisición, la renuencia mostrada por Enzo a perder el control de su fábrica, no sólo de la división deportiva, y el apoyo que obtuvo el modenés tanto por parte de las autoridades económicas italianas como de FIAT, su gran aliada.

Continuará, pero os leo desde casa...

> ¿Más allá de Le Mans '66? [II]

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ford, que se instaló en Berlin, siendo Henry Ford a la sazón un ferviente antisemita y simpatizante del partido nazi, tanto es así que le fue otorgada posteriormente la gran cruz del águila alemana en 1938...