Terminamos aquí esta miniserie dedicada a una una de las mentiras más gordas que anidan en el acervo de nuestra historia como deporte. Según la narración oficial, Ford Motor Company necesitaba una gama de deportivos y tras la negativa de Enzo Ferrari a tragar con el gigante de Detroit, acaba enfrentándose a la italiana en pista con la intención de humillarla un año antes de que produjera el fabuloso Mustang... ¿Quién compra esto?
Hablábamos al comienzo de esta minisaga de la aldea gala de Astérix y
Obélix frente a las todopoderosas tropas de Julio César, y el símil
sigue siendo aplicable. Ford, un coloso del sector, juega con ventaja y está en plena expansión en Europa [¿Más allá de Le Mans '66? (I)], mientras fija su objetivo en una de las marcas más emblemáticas del momento, que lo está pasando mal económicamente, precisamente porque los USA, después de vencer en la II Guerra Mundial y en plena Guerra Fría, insisten en modelar el mundo a su antojo [¿Más allá de Le Mans '66? (II)].
Ford necesitará dos programas distintos, aunque parejos —uno basado en la colaboración con Shelby y la británica AC Cars, y otro de cuño totalmente norteamericano—, tres años, así como un cuantioso presupuesto jamás confesado, para derrotar a la excelencia italiana cuando peor lo estaba pasando —FIAT intervendrá en 1969.
Ford necesitará dos programas distintos, aunque parejos —uno basado en la colaboración con Shelby y la británica AC Cars, y otro de cuño totalmente norteamericano—, tres años, así como un cuantioso presupuesto jamás confesado, para derrotar a la excelencia italiana cuando peor lo estaba pasando —FIAT intervendrá en 1969.
Así las cosas, el enfrentamiento de Ferrari y Ford en 1966, en la pista de La Sarthe, tiene de épico que Maranello hace de David (sin honda) frente a Goliath, y acabará cediendo la rodilla porque los dólares se han convertido en el nuevo maná y las 24 Horas de Le Mans en su pieza más codiciada.
Ford no competía en Fómula 1, intervendrá de 1963 a 1966 antes de su alianza con Cosworth, porque la orgullosa italiana le ha señalado el camino. Los deportivos de calle no eran nada si no había sabor a competición detrás, y en esto, la de Detroit se demostrará una alumna aventajada en los años siguientes, porque previamente se lo enseñó una fábrica modenesa que atravesaba malos momentos, que así y todo mostró redaños suficientes para no sacrificar lo importante a lo urgente.
Ford no competía en Fómula 1, intervendrá de 1963 a 1966 antes de su alianza con Cosworth, porque la orgullosa italiana le ha señalado el camino. Los deportivos de calle no eran nada si no había sabor a competición detrás, y en esto, la de Detroit se demostrará una alumna aventajada en los años siguientes, porque previamente se lo enseñó una fábrica modenesa que atravesaba malos momentos, que así y todo mostró redaños suficientes para no sacrificar lo importante a lo urgente.
En todo caso da lo mismo, ambas marcas firmarán una de las páginas más asombrosas de nuestro deporte. Ferrari y Ford, en Le Mans 1966 o en Daytona 1967... rivalidad esencialmente pura. No, no había dinero suficiente para pagar aquello.
Os leo desde casa...
< ¿Más allá de Le Mans '66? [II]
Os leo desde casa...
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